NUNCA SUBESTIMES EL PODER DEL REVERSO TENEBROSO.

Que nos perdonen los millennials, pero El Lado Oscuro llegó a nuestros infantiles oídos con una más poética y dramática traducción de Reverso Tenebroso, cuando La guerra de las galaxias fue estrenada en España en el año 1977.

El éxito de la película fue apabullante e incontestable, porque el que luego sería denominado Episodio IV, Una nueva Esperanza, constituyó una monumental sorpresa para propios y extraños, con colas en los cines, que literalmente daban la vuelta a la esquina y que dejaron en taquilla sumas ingentes de dinero.

De esta forma se superaban todas las expectativas, incluso la de los propios actores, que bromeaban sobre la extravagancia que estaban rodando, desconociendo que unos innovadores efectos especiales y la música de John Williams harían el resto, dejando a los espectadores con la boca abierta, ante tamaño espectáculo visual y sonoro.

Mucho se ha escrito y dicho desde entonces sobre esta saga de películas, que desde la segunda trilogía ya denominamos como Star Wars y que ha dado para un total nueve películas, dividas en tres trilogías, sobre la historia de los Skywalker.

Además gravitando sobre las nueve películas, se han realizado otros films y series de televisión, comics, libros y productos de merchandising, que componen el denominado cánon y su universo expandido.

Como consecuencia de todo ello, millones de dólares de beneficios, que con la entrada en juego de Disney se seguirán incrementando en el futuro de este auténtico fenómeno de masas, que engloba no solo al público infantil y juvenil, sino a aquellos adultos que vieron nacer Star Wars y que ahora se resisten a abandonar la saga y por ende, a crecer.

Y es que basta con detenerse unos minutos en internet y en especial en Yotube, para comprobar la enorme cantidad de entradas y vídeos referidos a esta saga galáctica, cuyos aficionados muestran una imaginación desbordante a la hora de recrear todo cuando vieron en las películas.

En este sentido, aunque ya en un plano más profesional, los que hemos visto Clerks (1994) de Kevin Smith, recordamos con una sonrisa en los labios aquella surrealista reflexión sobre el devenir de los trabajadores autónomos de la Estrella de la Muerte.

También resulta ciertamente divertida la parodia que en 2009 se estrenó con el título de Fanboys, que narra el delirante viaje de unos aficionados al rancho Skywalker, donde vive George Lucas, con el objetivo de ser los primeros en ver la nueva película que se iba estrenar.

Y son todos ellos fans, unos más friquis que otros, que destinan parte de su tiempo y dinero para pagar las entradas de películas que no se cansan de ver, una y otra vez o de disfrazarse para asistir a convenciones en la búsqueda de un autógrafo, a cambio de una buena suma de dólares.

No obstante, no cabe duda que se ha llegado hasta el extremo del paroxismo y delirio; hace mucho tiempo circulaba el rumor de que una buena señora había acudido a un Registro norteamericano para rebautizarse, añadiendo Obi-Wan Kenobi a su nombre de pila.

Y ciertamente no nos deben extrañar semejantes excentricidades, teniendo en cuenta que realmente existe registrada una religión denominada Jedismo, fundada en 2008 por Daniel Jones, que al igual que otros devotos no fueron muy bien recibidos en determinados centros públicos, por negarse a quitarse sus atuendos de jedi.

Pero es que además, varios universitarios turcos solicitaron en 2015 la creación de un templo para la consagración de un culto que es un amalgama de varias religiones y filosofías.

Mucho más originales y comprometidos socialmente son los integrantes de la Legión 501, creada en 1997 por los aficionados más fieles del Universo Star Wars, que disfrutan como niños, desfilando ataviados de la indumentaria de sus personajes favoritos, pero que también visitan de esta guisa a niños enfermos en los hospitales, entre otras actividades solidarias.

Sin embargo,frente al pacifismo y pureza que parece emanar de La Fuerza, existe una toxicidad que siempre ha impregnado lo que tan solo es un mero entretenimiento, pero que evidencia que en el tránsito del fan al fanático puede haber solo un pequeño paso hasta dirigirlo al lado oscuro, de donde es difícil regresar.

Nos referimos a aquellos presuntuosos seguidores, que se creen poseedores de la razón absoluta y se arrogan la condición de críticos cinematográficos y de sumos conocedores del espíritu de la saga, hasta el punto de despellejar, con el menosprecio y la vejación, no solo a quienes no comparten su opinión sobre lo que ellos han visto, sino también a los profesionales que se han esforzado para ofrecer el mejor producto posible.

Y es que,como se suele decir, nunca llueve a gusto de todos, pero en el caso de Star Wars, la lluvia puede ser radioactiva y destructiva.

Cierto es que, como en tantos otros aspectos de la vida en los que la dichosa polarización está presente, el influjo de las redes sociales ha sido la caja de resonancia para la propagación de un discurso del odio del fandom toxico, que parece no tener fin, convirtiendo los foros de opinión en auténticos estercoleros, donde los insultos y amenazas abundan por doquier.

Sin embargo, ya desde el estreno de la primera película se generaron tales expectativas (lo que hoy se conoce como hype) que en su momento se dejó el nivel demasiado alto para los exigentes y ansiosos aficionados de la saga.

No obstante, existe un consenso,acompañado de un sonrojo generalizado, al recordar el especial navideño emitido en televisión en 1978, que muy pocos valientes se atreven ya a recuperar para visionarlo en youtube.

Eran tiempos aquellos en que la información que nos llegaba a los aficionados era más bien escasa y a cuenta gotas, y todos esperábamos como agua de mayo el estreno de la siguiente película, hasta completar la trilogía clásica.

Pero tras el final tan desasosegante de El imperio contraataca (Episodio V) estrenado en 1980, no todos aceptaron de buen grado que Darth Vader fuera el padre de Luke, y debieron pasar nada menos que tres años hasta que pudiéramos respirar tranquilos, cuando uno de los mayores villanos de la historia del cine alcanzó la total redención en El retorno del Jedi (Episodio VI)

La intrahistoria del actor que lo encarnó físicamente en la vida real, David Prowse, podría dar lugar a otra publicación del blog, visto que no solo fue engañado por el director, al ocultarle que su voz iba a ser doblada por James Earl Jones, sino que luego fue ninguneado por George Lucas y parte del reparto, antes del estreno del Episodio V, por su falta de discreción sobre el secreto de la paternidad de Vader.

Sin embargo, al ver El retorno del Jedi, muchos se tiraban de los pelos por el tono infantiloide que adquiría la saga, con la aparición de los peludos y menudos Ewoks, adorables para los niños, insufribles para los adultos y que incluso tuvieron dos películas y una serie de animación propias.

Pero tuvieron que pasar dieciséis años y parte de una generación, hasta que de la mano de George Lucas, con una nueva trilogía se retomaran las andanzas de estos héroes y villanos galácticos, en un momento en el que los efectos digitales ya permitían aspirar a nuevas metas en cuanto a lo visual.

La idea del padre de la criatura era cuando menos arriesgada; tras los episodios IV,V y VI, volvería atrás en el tiempo para contarnos la infancia y juventud del padre de Luke, hasta su paso al lado oscuro.

Sin embargo, la apuesta del director al introducir un personaje animado digitalmente, en exceso infantil, Jar Jar Binks, y una extravagante teoría sobre la génesis de la Fuerza, desató una furia y odio que jamás se habían visto hasta entonces, con duras críticas hacia George Lucas, que pasó de ser venerado como una deidad, a ser amenazado, insultado e incluso escupido por la calle.

En este sentido, en 2010 se estrenó un documental, El Pueblo contra George Lucas, con un tráiler que es muy significativo: ¿Qué ha dado Lucas a cambio del tiempo, dinero e ilusiones de sus fans? Las odiadas precuelas.

El propio cineasta, en una entrevista concedida en 2012 al New York Times, era del todo categórico sobre su desánimo sobre la saga: “¿Por qué haría más películas cuando todo el mundo te grita todo el tiempo y te dice lo mala persona que eres?”

No obstante, mucho peor trago pasaría un casi desconocido actor, Ahmed Best, que puso la voz a Jar Jar Binks y que sufrió un hostigamiento tan extremo, con insultos y amenazas de muerte, que él mismo llegó hasta el punto de pensar en quitarse la vida, para acabar con todo.

Por si esto fuera poco, Jake Lloyd, el actor que interpretaba a Anakin Skywalker de niño (luego convertido en Darh Vader) apenas pudo continuar en el mundo de la interpretación, a causa del bullying que le hacían en el colegio.

Así, en una entrevista al diario The Sun en 2012, aseguraba que su vida por entonces había sido un infierno, sintiendo que sus compañeros de colegio lo hostigaban por celos y envidia; cada vez que lo veían, empezaban a hacer el ruido del sable láser para reirse de él.

No obstante, a diferencia de Ahmed Best, que pudo formar una familia que lo alejó de su depresión, el agotamiento psicológico de Jake Lloyd derivó en esquizofrenia y en tener problemas con la justicia.

Pero volviendo al creador de la saga, aunque suena frívolo decirlo, el que Disney tuviera que pagarle a Lucas cuatro mil cincuenta millones de dólares, como precio de compra de Lucasfilm, puede parecer una ganga, toda vez que el cineasta no regateó en exceso y bien podría haber obtenido muchísimo más.

Sin embargo, un hombre tan escrupuloso en cuanto a lo económico como Lucas, prefirió una mayor tranquilidad antes que mayor ganancia, al quitarse un gran peso de encima, para vivir en su rancho Skywalker, sin presión de ningún tipo; ahora la patata caliente la tienen otros.

Muchos aficionados desconfiaban entonces de la nueva gestión de sus emociones galácticas, bajo los patronos de Mickey Mouse, pero el anuncio de una nueva trilogía era una tentación demasiado irresistible para una gran mayoría tan descontenta, tras el resultado ofrecido con los Episodios I,II y III, atiborrados de efectos digitales que hoy parecen obsoletos, y de los que solo se pudo salvar La venganza de los Sith (2005), tras los decepcionantes films La amenaza fantasma (1999) y El ataque de los clones (2002)

Sin embargo, alguno de los que habían resultado bien parados de aquella trilogía, tampoco se mostraban muy ilusionados con volver a repetir papel en el futuro; es el caso de Ewan McGregor, (Obi-Wan Kenobi) que pese a los elogios, reconocía sentirse abrumado por el acoso de los fans.

Al final, en 2015 llegó la ansiada El despertar de la fuerza (Episodio VII) pero de nuevo, se desataría la polémica y el descontento de unos y otros, esta vez sí, propagados por doquier, a través de las redes sociales que han venido siendo el cauce idóneo para sembrar el discurso del odio.

En Estados Unidos, un joven de 18 años fue detenido por amenazar de muerte a través de Facebook a uno de sus contactos, después de que éste tuviera la osadía de desvelar la trama de la película, lo que hoy se conoce como hacer un spoiler.

Y es que, ni corto ni perezoso, le envió una fotografía en la que aparecía con una pistola, anunciando que iba a acudir a su instituto para dispararlo.

Igualmente antes del estreno del ansiado film,Katherine Timpf, colaboradora de la cadena televisiva Fox tuvo un mayor atrevimiento, al reflexionar sobre la expectación que se estaba generando:

»Nunca he tenido ningún interés en ver a frikis del espacio peleándose con sus pequeños y extraños palos espaciales y no voy a empezar ahora»,

La contundente respuesta de los cabreados fans no se hizo esperar y ni siquiera Timpf podía suponer hasta que punto había ofendido a los más radicales, que se despacharon con incendiarios comentarios en las redes, deseando que fuera violada , atropellada y golpeada con palos frikis espaciales, e incluso que alguien “le tirara ácido en su bonita cara”

Pero el reparto de El despertar de la fuerza tampoco se libraría de los prejuicios racistas y machistas de parte de los aficionados de Star Wars.

Así, Daisy Ridley ( Rey) tuvo que cerrar su cuenta en Instagram y necesitó de asistencia psicológica, tras recibir insultos.

Su compañero de raza negra, John Boyega (luego reivindicativo con el movimiento Black Lives Matter) también sufrió la ira de otros seguidores, por el color de su piel.

El estreno de Los últimos Jedi (Episodio VIII) en 2017, tampoco facilitaría la concordia, más bien al contrario, cuando el director Rian Johnson, decidió dar un sorpresivo vuelco a la historia de la saga, hasta el punto de que muchos se sintieron estafados e insultados.

Como consecuencia, el director recibió un aluvión de amenazas de muerte,al tiempo que muchos intentaron boicotear en redes sociales el estreno de su siguiente película, Puñales por la espalda.

Y fue tal el despropósito, que los más ilusos llegaron a iniciar absurdas campañas para que se rehiciera la película, donde Luke había tenido la osadía de arrojar con desprecio un sable láser; acabáramos….

Pero la gran damnificada de Los últimos Jedi fue la actriz oriental Kelly Marie Tran (Rose Tico) que sufrió graves insultos racistas y machistas, hasta el punto de que también tuvo que dejar las redes sociales, atemorizada y angustiada ante tal situación.

Tanto el director como los actores más respetados de la saga no dudaron en mostrar su apoyo a la actriz e incluso Mark Hamill (Luke) publicaba una fotografía con la joven, incluyendo un valiente hashtag que a muchos les sentaría como una patada en las partes bajas:#GetALifeNerds(#BuscaosUnaVidaFrikis).

Otros compañeros de profesión también se sumaron a la críticas, visto el caldo de cultivo existente en torno a Star Wars; es el caso del actor Simon Pegg, cuando al ser preguntado por lo sucedido, fue muy contundente:

«No hay diplomacia, no hay empatía. Nos estamos volviendo muy, muy aislados como seres humanos. Nos estamos volviendo muy autónomos y egoístas: nuestras opiniones, nuestras necesidades, nuestros deseos. Lo siento por Kelly Marie Tran porque sólo hizo una película… una puta película, eso es todo. Nada de eso importa, nada. Creo que estaría bien si todo el mundo simplemente se llevara bien. Y dejáramos de ser tan agresivos.»

El propio Pegg se mostraba ciertamente avergonzado y arrepentido, como parte responsable de la infinidad de críticas que en su día había recibido Ahmed Best por los seguidores tóxicos que despotricaban contra Jar Jar Binks.

En parecidos términos , el director de Guardianes de la galaxia, James Gunn se despachó en julio de 2018 contra el fundamentalismo de determinados fans, a los que se dirigía abiertamente y sin tapujos:

“Star Wars’ (o cualquier película) puede ser importante para ti, pero no te pertenece. Si tu autoestima depende de lo buena que pienses que es la ‘Star Wars’ actual, o tu infancia está arruinada porque no te gusta algo en una película, VE A TERAPIA”

La venganza no se hizo esperar y poco después Gunn fue despedido de modo fulminante por Marvel Studios, filial de Disney.

El motivo, la maldita hemeroteca digital en la que unos ofendidos y rencorosos fans buscaron y rebuscaron, hasta encontrar desafortunados chistes sobre la pedofilia que el director había hecho años atrás y que solo debían hacerle gracia a él y cuatro enamorados del humor negro. En boca callada…

Pero los apoyos recibidos por Kelly Marie Tran no evitaron que su extenso papel en Los últimos Jedi quedara reducido a la mínima expresión en la siguiente película, y muchos han entendido, no sin razón, que existió una clara bajada de pantalones de Disney y de J. J. Abrams, director de los episodios VII y IX y llamado jeta jeta por sus detractores en España.

Aunque puede parecer sorprendente, de la quema de estos incendiarios aficionados se ha venido librando un actor con poco atractivo físico, pero con un sobresaliente talento interpretativo, Adam Driver.

Y es que muchos entienden que el papel que representa, el del villano Kylo Ren, es un fiel espejo en el que se ven reflejados estos energúmenos y cobardes de las redes sociales, que en muchas ocasiones prematuramente se atreven a criticar un producto, sin ni siquiera haberlo visto.

Así, el carácter de su personaje es de una persona egoísta hasta el extremo, retorcido y con infantiles berrinches cuando algo le descontenta o sale mal, demostrando un nulo nivel de tolerancia.

Igualito pues, que los indeseables haters que se dedican a insultar y amenazar al prójimo, cuando se enfadan por todo.

Con El ascenso de Skywalker (Episodio IX ) estrenado en diciembre 2019, poco antes de la declaración de la pandemia, se ha cerrado una saga que, al menos por ahora, ha tenido como extensión otro producto , mucho mejor acogido por una inmensa mayoría, la serie El mandaloriano.

Pero ni siquiera esta exitosa producción está exenta de polémica, por culpa de la toxicidad de los fans, en buena parte provocada por la costumbre tan necia e irresponsable que tienen algunas celebridades de decantarse públicamente, con posturas que saben que van a dividir y enfrentar a los aficionados, también mediatizados por su propia moralidad e ideas políticas.

Es el caso de la actriz y ex luchadora Gina Carano, que desde hace tiempo había venido defendiendo a capa y espada a Donald Trump , obsesionado con un supuesto fraude electoral en las últimas elecciones estadounidenses, amén de secundar su opinión contraria al uso de las mascarillas y a otras limitaciones impuestas, a causa de la pandemia e incluso mostrar su apoyo con
los asaltantes al Capitolio de Washington.

En este sentido, te invitamos a leer sobre tres publicaciones del blog, sobre este singular y controvertido personaje al que no solo apoya esta actriz,sino millones de acólitos, tras haber liderado el mundo durante cuatro años y del que afortunadamente nos hemos librado…por el momento

Pero la gota que ha colmado el vaso ha sido un penoso comentario en el que Carano venía a comparar su condición de votante republicana en Estados Unidos, con la de ser una judía durante el Holocausto.

Desde LucasFilm/Disney la respuesta no se ha hecho esperar, visto el clamor en su contra por parte de gran parte de los aficionados de Star Wars, que esta vez si parece razonable y defendible, siempre que la crítica no venga acompañado del insulto:

«Gina Carano no está contratada actualmente por Lucasfilm y no hay planes para ello en el futuro. Sin embargo, sus comentarios en redes sociales denigrando a la gente según sus identidades religiosas o culturales son abominables e inaceptables”

No cabe duda que por culpa las redes sociales, algunos tienen una boca más grande que la del Pozo de Carkoon y empieza ya a ser una costumbre que muchos terminen por dispararse en el pié con su blaster.

Si no han entendido parte de este último párrafo, lo siento, pero deberían estudiar más del Universo de Star Wars.

Un mera recomendación de un friqui, alejado, esperemos que por mucho tiempo, del lado oscuro de la Fuerza, de su reverso tenebroso.

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