¿Qué es acoso?

Es un atentado continuado contra la dignidad de una persona, creando un entorno intimidatorio, humillante , ofensivo y excluyente para la víctima. 

Actos de tal vileza, deben ser erradicados de inmediato para evitar que su consolidación en el tiempo genere tal desasosiego que impidan el normal desarrollo de una vida.

El uso global de las nuevas tecnologías ha incrementado el ciberacoso que se suma al tradicional acoso telefónico y por contacto directo.

Es cada vez más usual servirse de términos anglosajones para definirlo: stalking, grooming, cyberbullying, sexting, mobbing…

¿Quiénes acosan?

Con buena imagen ante los demás, son crueles, egocéntricos y carentes de empatía y madurez emocional, alojando en su interior una naturaleza psicopática y un  profundo complejo de inferioridad que revelan su manifiesta mediocridad e infelicidad.

Provienen de un entorno desestructurado y carente de educación en valores y actúan a través de la violencia física y psíquica: el desprecio, la descalificación, la coacción, la amenaza y la exclusión.

Apenas improvisan y siguen  un plan preconcebido, jugando al despiste para que la víctima se confíe.

Siendo menores de edad cuentan con la colaboración de otros, que participan de modo gregario y activo, pasando de ser meros testigos y encubridores del acoso a cómplices y coautores.

Expertos en manipular la realidad y negar la evidencia, son o serán maltratadores físicos o psicológicos de sus parejas y familiares.

Jamás pedirán perdón ni expresarán remordimiento por lo sucedido, hasta que se vean descubiertos y acorralados.

¿QUIÉNES SUFREN ACOSO?

Aunque no depende del carácter o personalidad de la víctima y cualquier persona puede padecer acoso, los sectores de población más vulnerables son los menores de edad, los ancianos y quienes sufren violencia de sus parejas o familiares.

Quien acosa fija su atención y diana en otra persona que destaca por algún aspecto diferenciador de la mayoría y tratará de avergonzarla y humillarla ante el resto, convirtiéndola en un chivo expiatorio.

Toda víctima de acoso tiende al aislamiento tras sentirse injustamente culpable de algo que no ha provocado.

Tipos de Acoso

El incremento de acoso en patios de colegios e institutos empieza a ser alarmante  y se extiende más allá de las horas de clase mediante el uso de los dispositivos móviles y las redes sociales.

Las víctimas de acoso escolar sufren una pérdida de autoestima que afecta a la concentración y a su rendimiento académico, llegando a negarse a volver a clase.

Si no se ataja el problema peligrarán su maduración y desarrollo intelectual.  La mayoría de menores acosados se convertirán en niños o adolescentes pesimistas, irritables, desconfiados e introvertidos.

Muchos adoptarán patrones de comportamiento agresivo y violento. 

Algunos formarán parte del grupo de riesgo de consumo y adicción al alcohol y drogas.

El acoso escolar constituye una verdad incomoda tanto para muchos docentes y directores como para la propia Administración; su pasividad genera una victimización secundaria que obliga a los progenitores a cambiar   de centro a sus hijos.

El acoso sexual persigue hostigar a otra persona para mantener relaciones íntimas, siendo especialmente vulnerables los menores de edad, que alojan sus fotografías y videos más personales en internet, dejando huellas imposibles de borrar, al alcance de de organizaciones criminales de corrupción de menores y de depredadores sexuales que fingen ser como sus víctimas para ganarse su confianza.

Quien posea mínimos conocimientos informáticos podrá manipular y difundir esas fotografías y videos como medio de chantaje económico o sexual o por despecho.

Cada vez más personas se ven atrapadas en redes sociales frecuentadas por indeseables que desde el anonimato y la cobardía, difunden el odio, descalifican, se burlan, vejan y difunden falsos rumores, acosando a quien exprese su opinión con libertad y educación.

Son frecuentes las situaciones de acoso en el ámbito de las relaciones laborales y del funcionariado, entre superiores y empleados y entre compañeros.

La mayoría de las veces el empleado se ve sometido a injustificadas reducciones de salario, supresión de vacaciones o cambios en su puesto de trabajo para forzar su abandono voluntario, sin derecho a indemnización.

Las mujeres trabajadoras pueden sufrir discriminaciones cuando deban reducir su jornada laboral por su embarazo o maternidad.

El trabajador que acepta la precariedad laboral puede sufrir una baja por depresión, ante la pasividad de sus compañeros que, por miedo a represalias, encubren situaciones laborales denigrantes.

En el ámbito de la administración son frecuentes las discriminaciones de funcionarios o trabajadores por no comulgar con el ideario político o por denunciar episodios de corrupción.

En ocasiones se producen situaciones de acoso sexual en las relaciones laborales y funcionariales.

Por existir una deuda que no debas o puedas pagar, no tienes que soportar el acoso de tus acreedores, ni ser indebidamente incluido en un fichero de morosos.

Nadie puede perturbar el uso que por derecho te corresponde en tu vivienda, ya sea como propietario o como inquilino.

¿Cómo actuar frente al acoso?

  • No debes permitir que impere la ley del silencio. 
    • Cuenta tu acoso a familiares y amigos, antes de que sea tarde.
    • Quien acosa se sentirá más fortalecido ante el silencio. Si se calla por miedo o vergüenza se otorga la ocasión de que se reitere el hostigamiento.
    • Si eres testigo del acoso a otra persona, debes denunciarlo de inmediato.
  • Es imprescindible que se fortalezca la confianza entre progenitores e hijos, estando atentos a cualquier cambio significativo y anormal en el comportamiento o actitud de los niños y adolescentes.
  • Es básica una educación afectiva y sexual de acorde con la edad y madurez de los menores.
  • Se deben evitar riesgos por el abuso de internet; el uso de dispositivos móviles debe restringirse a lo estrictamente necesario y con controles parentales de acceso a la red.
    • Antes de acceder y registrarte en una red social crea una cuenta de correo electrónico diferente a la personal o profesional y revisa las condiciones relativas a la edad y privacidad.
    • Evita dar datos personales propios y ajenos o alojar tus imágenes y videos y las de tus hijos, tanto en las redes sociales como en los perfiles de usuario o contacto del teléfono móvil.
    • No compartas fotos o videos inadecuados con otra persona que pueda utilizar en el futuro para humillarte o chantajearte.
    • Jamás compartas imágenes o videos íntimos de otra persona sin su consentimiento.
    • Cada cierto tiempo comprueba en internet si aparecen datos personales no deseados y ejercita tu derecho al olvido.
  • Hablar de acoso no hace que el problema se solucione; debes actuar acudiendo a profesionales que te asesoren y ayuden a superarlo
  • Recaba cuantas pruebas te sea posible: capturas de pantalla, fotografías, videos, archivos de audio, requerimientos por escrito e informes médicos podrán ser presentados ante la autoridad policial y judicial.
  • Cuando presentes tu denuncia, no des un solo paso atrás.
  • Reclama una indemnización por los daños y perjuicios morales y económicos que hayas sufrido.
  • Lucha por que se impongan penas justas y medidas de restricción para prohibir el acercamiento y comunicación de quien te acosa.

Y Recuerda...

Una vez que los profesionales actúen en tu nombre, despreocúpate y centra tu atención en los demás ámbitos de tu vida que se han visto afectados. MERECES SER FELIZ

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