A finales de 2020 tuvimos ocasión de dedicar una publicación que tenía como protagonista a la hija mayor de una disparatada familia, que desde hace décadas nos acompaña en la serie de animación más longeva y exitosa de la Televisión a nivel mundial, Los Simpson.

Pues bien, si en aquella ocasión se reflexionaba e ironizaba sobre el indebido uso de unas redes sociales, cada vez más deshumanizadas, en su novena temporada, Los Simpson habían dedicado el capítulo “ La alegría de la secta” para tratar un fenómeno que no solo preocupa a la sociedad norteamericana.

El pasado año escribíamos largo y tendido en nuestro blog sobre las sectas o nuevos movimientos religiosos, que se hacen especialmente peligrosos en momentos tan crispados como el que estamos viviendo, por culpa de una pandemia, que para los más vulnerables ha supuesto que estén en sus horas más bajas y se conviertan en potenciales víctimas de la manipulación sectaria.

En este sentido, primero publicábamos un artículo en el que se analizaban genéricamente en qué consistían las sectas y los mecanismos de que se servían para captar y manipular a sus adeptos, y tiempo después nos centrábamos específicamente en una de las más conocidas y poderosas, la cienciología, que si bien está prohibida en varios países, está registrada oficialmente en España.

E igualmente, en el contexto de la iglesia católica, también examinábamos los peligrosos efectos de movimientos que pocos dudan ya en calificar como sectarios, como el Opus Dei o El Palmar de Troya.

En La alegría de la secta, con el surrealismo, la acidez e ingenio que caracterizan a sus guionistas, en menos de treinta minutos se condensa de una forma ilustrativa todos los aspectos que nosotros hemos tratado, para meter el dedo en la llaga a través de estos amarillos personajes.

La vida de Los Simpson cambia radicalmente cuando Homer acude con su hijo Bart al aeropuerto de Springfield para abuchear al equipo local de fútbol americano.

Allí conoce a dos jóvenes del culto de Los movimentarios, que animan a Homer para que acuda a una sesión informativa gratuita en la nueva sede que se ha abierto en la ciudad, donde coincide con otros habitantes.

En la sesión se proyecta un delirante vídeo de orientación sobre un viaje intergaláctico hacia el plantea Felicidonia, en una nave espacial que ha de despegar desde el Granero Prohibido, donde vive El líder, quien los guiará en la búsqueda de una vida perfecta de amorosa serenidad.

Nadie de los presentes puede abandonar la sala, antes de que finalice el vídeo, hasta que se logra lavar su cerebro, excepto el de Homer, cuya reducida capacidad de concentración le impide estar atento a las consignas del culto, pese a que su hija Lisa piensa que es una persona altamente sugestionable.

Si bien nuestro protagonista, molesto por la prohibición de beber cerveza, se resiste inicialmente al paulatino lavado de cerebro al que es sometido el resto, con alimentos con escasas proteínas para mirar su resistencia y consignas alienantes y repetitivas( lider bueno,lider genial desde hoy te entregamos nuestra voluntad) Homer termina por sucumbir y arrastrar al resto de su familia para que se una a la secta, no sin antes haber firmado un contrato para trabajar durante diez trillones de años y entregar todos sus ahorros a Los Movimentarios.

Es entonces cuando, tras ceder su vivienda para que el culto lo utilice como Centro de Bienvenida a nuevos fieles, Los Simpson acuden a un recinto agrícola, en el que quedan recluidos, y en donde todos deben trabajar en la recogida de judías verdes, mientras el líder se pasea oculto dentro de un lujoso coche y salpica a sus adeptos de barro, que ellos entienden como una señal.

Mientras el reverendo observa como sus feligreses han vaciado la iglesia y han decrecido los ingresos de las colectas, el ególatra jefe de Homer, el Sr Burns, que solo paga de impuestos tres dólares anuales, envidia que el nuevo culto goce de exenciones fiscales y decide fundar su propia religión para ser adorado como Dios, pero fracasa en su presentación delante de la Central Nuclear.

Sin embargo, Marge Simpson es la única de la familia que logra desafiar al resto de la secta, logrando escapar del recinto que los aprisiona, para luego hacerse pasar por El líder y rescatar a los suyos de las garras de Los Movimentarios

Aunque Marge consigue la desprogramación cerebral de sus hijos, Homer es capturado por los abogados de la secta, justo en el momento de que está punto de saciar su sed con una cerveza, de la que tan solo contacta una gota con su lengua.

Tras ser llevado de nuevo al recinto del culto, un ya recuperado Homer pretende despertar a los abducidos movimentarios, abriendo la puerta del Granero Prohibido.

Y para sorpresa y regocijo de los presentes, allí se encuentra lo que efectivamente parece una nave espacial, que si bien emprende el vuelo ante el clamor general, termina por hacerse pedazos y mostrar al Líder pedaleando un rudimentario aparato del que cuelgan sacos de dinero y que se precipita contra el suelo.

Al final, Los Simpson vuelven a casa y ya dispuestos para ver la televisión, justo después de que una satisfecha Lisa comente lo maravilloso que resulta pensar por uno mismo, aparece el logotipo de la FOX (productora de la serie) y todos repiten como autómatas la voz que escuchan en el aparato. “Estamos viendo la Fox”.

La alegría de la secta se emitió en Estados Unidos el 8 de febrero de 1998, casi un año después de que aconteciera un suceso que conmovió al mundo, cuando en San Diego ( California) el 26 de marzo de 1997 fueron encontradas treinta y nueve personas sin vida en una mansión, sin ningún rastro de violencia.

Todas ellas pertenecían a la secta de La puerta del cielo, con dogmas muy semejantes a los de Los Movimentarios y cuyo líder Marshall Herff Applewhite dejó grabado un vídeo explicativo del mortal ritual por el que pasarían sus fieles: beber jugos de cítricos para limpiar el cuerpo, luego ingerir un cóctel de fenobarbital y vodka y finalmente, cubrirse la cabeza con bolsas de plástico hasta el ahogamiento.

Pese a las similitudes, los creadores de la serie de animación siempre han mantenido que el guión fue escrito antes de lo sucedido con la secta real, lo que viene a incrementar la leyenda profética de Los Simpson.