CASI TODOS SOMOS LUNA.

En muchas ocasiones se dan miserias humanas que nada tienen que ver con el escaso patrimonio que uno pueda poseer, sino con detestables comportamientos que emanan de mentes plenas de prejuicios y odio.

Y como quiera que la actualidad manda, no podemos postergar la censura que se merecen, pese a lo incomodo de dedicar tiempo de trabajo a quienes vomitan tanta aversión y desprecio por el género humano.

Decimos esto porque apenas han pasado unos días desde que escribíamos en nuestro blog sobre el conflicto generado por la entrada irregular en España de ocho mil personas desde Marruecos, que ha puesto contra las cuerdas a nuestro país, en una crisis diplomática y humanitaria sin precedentes.

Señalábamos entonces que una de las imágenes que iban a quedar para el recuerdo, era la fotografía de un efectivo de la Guardia Civil que rescataba en el mar a un bebé de una muerte segura.

Pues bien, otra de las escenas que más se ha venido difundiendo en los medios de comunicación y que ha dado la vuelta al mundo, se corresponde con una voluntaria de la Cruz Roja que abraza cariñosamente a un desesperado y desconsolado joven de raza negra en la arena de la playa ceutí de Tarajal.

Ella era Luna Reyes, una madrileña de veinte años que vive en Ceuta desde marzo de este año y él Abdou, un joven senegalés que en aplicación de la Ley vigente, ha sido devuelto a Marruecos, toda vez que no se trata de un menor de edad no acompañado ni tampoco se ha acreditado que sea un refugiado en situación de especial vulnerabilidad.

Las declaraciones de Luna a Televisión Española (TVE) no dejaban lugar a dudas sobre lo que había sido un momento tan emocionante como trágico.

Comentaba la joven que el chico lloraba y que ella tan solo le había tendido la mano para luego fundirse en un abrazo, momento en el que el joven se pegó a ella como una lapa, como si buscara un salvavidas.

Luna no podía entender lo que decía ya que hablaba en francés pero el joven contaba con los dedos de la mano, como enumerando a los amigos que había perdido en el camino.

La chica también señalaba a TVE que en un momento dado el joven senegalés empezó a darse con unas piedras en la cabeza, con evidente intención de matarse, al comprobar cómo estaban siendo devueltos a Marruecos.

Luna apuntaba por último que aún tenía grabada su mirada perdida y sus ojos muy rojos, sin duda irritados por las lágrimas.

Pues bien, lo que simboliza el afecto y solidaridad en estado puro de una buena persona para confortar a un hombretón, hecho y derecho,pero tan agotado físicamente y desvalido psicológicamente que no puede contener las lagrimas por su dramática situación, ha sido visto por otros como un gesto digno de reproche, respondiendo a Luna con total virulencia.

Y para descalificarla, a través de las redes sociales se ha empleado tamaña inquina, rayana con el delito de odio, en ese estercolero de putrefacción moral que es Twiter, donde el respeto ajeno brilla por su ausencia y el desprecio por su presencia.

Y no nos referimos tan solo a los impresentables ciudadanos anónimos de siempre, que desde su teclado cobardemente siembran la discordia, sino a personas públicas a quienes los primeros también les bailan el agua, incluidas políticos o periodistas, que vienen a ser de la misma cuerda.

En este caso hablamos de VOX, cuyo líder Santiago Abascal ha aprovechado el conflicto para radicalizar su postura en torno a la inmigración clandestina, llegando a hablar de invasión territorial.

Pues bien, no cabe duda que si esta formación aspiraba a ser un partido desprovisto de etiquetas de la ultraderecha, ahora lo va a tener más complicado que nunca si sigue dando pábulo a comportamientos tan deleznables y no cambie su política reaccionaria y retrógrada, cosa que dudamos.

No es de extrañar que por motivos de seguridad ciudadana, el Tribunal Superior de Andalucía haya avalado la razonable postura de la Delegación del Gobierno al impedir una concentración in situ de VOX.

Pese a ello, Abascal ha insistido en dar una rueda de prensa en un hotel, a la que tenía perfecto derecho, mientras en el exterior se producían graves incidentes con varios detenidos y algún herido.

Además, desde VOX se anuncia que retirarán su apoyo al Partido Popular en Andalucía en el caso de que el Gobierno Autonómico acoja a alguno de los menores no acompañados que se han quedado en España.

De momento,la más que probable crisis del PP y VOX en el gobierno andaluz ya se ha evidenciado con confrontamientos como el vivido en Ceuta,con un pleno que tuvo que suspenderse tras el hiriente comentario de un diputado de VOX sobre la condición de musulmana de otra diputada.

Quizás tamaña apuesta del partido de Abascal a la hora de situarse en posturas tan extremas, obedezca al mero intento de supervivencia, consciente de que su ascenso puede ser flor de un día y acabe siendo absorbido por un Partido Popular, que aún se sigue lamiendo las heridas, pero que ha visto como la incontestable victoria de Ayuso en Madrid, pueda ser el espaldarazo necesario para aspirar a la Moncloa.

Pero volviendo a la voluntaria de la Cruz Roja y las redes sociales, basten dos ejemplos de la inhumana y despreciable postura de algunos, a la hora de calificar el momento del abrazo de Luna y Abdou:

«Pocas imágenes reflejan mejor la decadencia moral de esta gente y sus discursos buenistas. Oenegista abrazando a un ilegal tras pasar 4 minutos en las «gélidas» aguas mediterráneas, y él aprovechando la turgencia de sus senos…».

Así se las gastaba en Twiter Cristina Seguí, confundadora de Vox, mientras que sería un eurodiputado de este partido, Hermann Tertsch, el que echaría más leña al fuego, mezclando churras con merinas de una forma demencial:

“La víctima y la salvadora o el abusador y la idiota. Toda una representación de Europa haciendo el gilipollas”

Y son esos comentarios xenófobos los que engendran odio, hasta el punto que Luna se vio obligada a restringir sus redes sociales, tras publicarse fotos suyas, una de ellas, en compañía de su novio, también de raza negra mientras que se publicaban barbaridades:

“Se nota que te gustan las pollas grandes”, “qué harías si te quedas sola con cuatro de ellos, seguro que te violan”

“Tengo que decir que siempre fue así de tonta y que nunca a traído a casa más que disgustos. Siento mucho que los españoles tengan ahora también que padecerla. Mis disculpas por haberla traído al mundo”

No satisfecha con su comentario inicial, Seguí contraatacaba con un nuevo tuit, tan pestilente o más que el anterior:

«La pechotes tiene derecho a preservar su intimidad, incluso las fotos que cuelga en Tinder a 4 patas como un pincho de lomo adobao, pero apoyar a una organización terrorista contra Israel da la medida de qué tipo de gente está a los mandos de la moral colectiva. Asco”

¿Para qué seguir, verdad, cuando huele tan mal?

Pues bien, gracias a TVE se ha podido localizar e identificar al senegalés que cuenta con veintisiete años y reside en Casablanca en una situación muy precaria y a donde llegó tras haber dejado su Senegal natal hace cinco años.

Además, ha sido posible el reencuentro a través de una videollamada con la joven Luna, aclarando Abdou que su rabia y desconsuelo en la orilla de la playa se debía a que había perdido contacto con su hermano, que al igual que él, había entrado irregularmente en España.

Y así, tras conocer que el paso era factible, ambos caminaron desde Tánger a la frontera de Marruecos con España, nada menos que sesenta y cinco kilómetros de distancia, para poder lanzarse al mar y nadar hasta la playa de Tarajal.

Fue muy difícil el dialogo entre ellos durante este breve reencuentro a distancia, no solo por la dificultad idiomática que la periodista de TVE trató de superar, sino por la emoción que embargaba a ambos, máxime si tenemos en cuenta todo el revuelvo mediático que ha suscitado el famoso abrazo, sin que Abdou entendiera lo sucedido en las redes sociales, teniendo en cuenta que Luna no hacía más que ayudar.

Algunos dicen que todo esto está muy bien, pero que conviene no ser fariseo, ya que de poco sirve un abrazo, si no se cambian las leyes para que no se devuelva a los inmigrantes irregulares “en caliente”.

Desgraciadamente no es una sociedad perfecta la nuestra, como tampoco la es la del resto de los países y mucho tendríamos que cambiar globalmente.

Pero gestos tan nobles y sinceros en una chica que tan solo cuenta con veinte años y que se ha visto vilipendiada por algo tan humano que dar un abrazo a una persona desesperada, nos invitan a considerar que no todo está perdido, en aras de aproximarnos a un futuro mejor para todos.

Por eso, en la era de las redes sociales, debemos sumarnos con un doble hastag de lo más concluyente a todas las muestras de cariño y comprensión que los biennacidos hemos querido plasmar en nuestras redes sociales en apoyo de Luna.

A los malnacidos que la injurian les den, a ver si dejan de contaminarnos con su presencia.

Entradas relacionadas

Dejar una respuesta

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies