Basada en la novela con la debutó Stephen King, esta película de terror supuso una excepción a la norma establecida por las desenfadas comedidas estudiantiles de finales de los años setenta y principios de los ochenta, con una acertada mirada del fenómeno del bullying, tan recurrente en la literatura del autor de Maine.
Sissy Spacek y Piper Laurie, ambas nominadas al Oscar, encabezan un joven reparto integrado por Amy Irving, William Katt, Betty Buckley, John Travolta y Nancy Allen.
Carrie White es una retraída adolescente con poderes telequinéticos, condicionada por la puritana educación religiosa que le impone su retrógrada y fanática madre. Las constantes burlas que recibe de sus compañeras de instituto y que alcanzan su mayor crueldad con un incidente en los vestuarios, dan paso al intento de redención de una de ellas que, arrepentida, insiste a su pareja para que acompañe a Carrie como pareja del soñado baile de fin de curso.
El director Brian de Palma se aparta de la estructura narrativa no lineal de la novela, bastada en recortes de prensa y entrevistas, para abordar la historia de una forma más sencilla para el espectador, con homenajes a sus admirados Orson Welles y Alfred Hitchock y con un virtuosismo técnico que aporta frescura a la película.
El italiano Pino Donaggio fue el compositor de una banda sonora, en exceso deudora de los sintetizadores de la época, pero que tuvo el acierto de emular al ya fallecido Bernard Herrmann para reproducir los famosos golpes de violín en Psicosis.
Carrie tuvo un aceptable remake en 2013, ha sido estrenada como musical y cuenta con una adaptación televisiva en 2002, a la espera del inicio del rodaje de una nueva serie para la pequeña pantalla.