Recientemente nos ha dejado Alan Parker, fallecido a los 76 años, si bien jubilado voluntariamente de la dirección, tras despedirse en 2003 con la película La vida de David Gale, todo un alegato contra la pena de muerte.
Nos atrevemos a decir, sin riesgo a equivocarnos, que fue sin duda uno de los mejores directores de las décadas de los setenta, ochenta y noventa.
Películas como El Muro, El expreso de Medianoche, Fama,El corazón del Ángel,The Commitments o la que hoy abordamos, Arde Mississippi, hablan de su valía como realizador impecable a la hora de abordar, sin fisuras, complejas historias tan diversas en cuanto a su género como impactantes para el espectador.
Y llamativo resulta que con Arde Mississippi precisamente haya sido un director británico el haya tenido los arrestos para sacarle los colores a una sociedad como la norteamericana, que aún debe sentirse avergonzada por la discriminación de gran parte de su población debido al color de la piel.
Basada en un hecho real, narra la llegada a un pueblo sureño de dos agentes del F.B.I ,interpretados por un magistral Gene Hackman (lástima que tan pronto nos privase de su labor actoral) y por un brillante Willem Dafoe (rostro difícil el suyo, aunque nadie duda ya de su valía) para investigar el asesinato de tres activistas pro derechos civiles, uno de ellos de raza negra, en los momentos más convulsos de enfrentamiento por la segregación racial y con el resurgimiento de un Ku Klus Klan que atemorizaba a los afroamericanos del sur del país.
Hackman y Dafoe, que lo bordan en sus papeles de agentes tan opuestos como íntegros, son acompañados por un excelente reparto de secundarios, entre los que destaca la luego ganadora de un Oscar, Frances Mc Dormand así como Brad Dourif , Michael Rooker,Stephen Tobolowsky y R. Lee Ermey,el recordado sargento instructor de La chaqueta metálica.
La música de Trevor Jones es el complemento perfecto de este thriller que no rehúye la denuncia social, con escenas que a día de hoy, resultan muy crudas y perturbadoras para cualquier espectador que se aproxime por vez primera al film.
Pero la esencia de Arde Mississippi no solo se nutre de sus impactantes imágenes, sustentadas en una excelsa fotografía que, no en vano recibió un merecido Oscar, sino también de grandes momentos más reposados, con brillantes diálogos, interpretados por un plantel de actores en estado de gracia, estupendamente dirigido por Parker.
Como decimos, la película se inspiró en un trágico suceso acaecido en 1964 que conmocionó a la sociedad norteamericana, hasta el punto de que constituyó el espaldarazo necesario para la entrada en vigor de la Ley por derechos civiles y de derecho al voto y uno de los mayores retos del F.B.I en cuanto a sus labores de investigación criminal frente a la comunidad recelosa y hostil de la norteamerica más profunda.
Y es que la desgarradora confesión de la esposa de uno de los autores del asesinato, interpretada por Frances Mc Dormand, es reveladora del opresivo ambiente que tuvieron que padecer las personas de raza negra en aquella época, al tiempo que supone toda una declaración de intenciones, consustancial con el sentimiento de odio, tan vetusto e irrenunciable en la especie humana:
“La gente nos mira y no ve nada más que fanáticos y fascistas. Nadie nace odiando. Se te enseña. En la escuela decían que la segregación estaba en la Biblia, Génesis 9, versículo 27. A los siete años si te dicen algo tantas veces llegas a creerlo. Crees en ese odio. Lo vives. Lo respiras. Te casas con él”
Una película imprescindible, que recomendamos, en el ecuador de un verano no tan caluroso como el vivido en aquellos días de junio de 1964.
DEP, Sr. Parker y muchas gracias por su legado.