Si tienes que elegir entre tener razón y ser amable, elige ser amable.
Una gran frase, sin duda, como lema de esta película, basada en el homónimo libro de Raquel Jaramillo Palacio, todo un éxito literario en ventas, muy apreciado por parte de los docentes y publicado en castellano, con el título de La lección de August.
Wonder nos narra la historia de Auggie, un niño de diez años, que afronta con mucha ansiedad el inicio de una nueva etapa en el colegio. El problema es que el chaval padece el síndrome de Treacher-Collins y tiene una malformación de nacimiento en su rostro de la que se siente avergonzado,hasta el punto de que durante gran parte del día se oculta tras un casco de astronauta y se sirve de su gran imaginación para sobrevivir en un mundo alternativo a su dura realidad. Apoyado por su abnegada familia y contando con la ayuda de su nuevo director del centro escolar, Auggie demostrará su valía como alumno e irá superando sus miedos a ser rechazado, si bien deberá enfrentarse al trato vejatorio por parte de uno de sus nuevos compañeros.
Tras haber impresionado por su actuación en La habitación, el prometedor Jacob Tremblay era el candidato ideal para interpretar al protagonista, si bien resulta irreconocible bajo el maquillaje.
Y en los respectivos papeles de la madre, padre y hermana de Auggie, el niño estuvo bien secundado por Julia Roberts , Owen Wilson, e Izabela Vidovic.
Wonder puede parecer una edulcorada tragicomedia televisiva, que tiende a tocar la fibra sensible del espectador con un enfoque a priori estereotipado, dentro del ambiente acomodado de la clase media alta norteamericana, tantas veces visto en otras producciones.
Pero, con vocación de ser una amable película para todos los públicos, si bien renuncia a una excesiva crudeza, no rehúye abordar la controvertida cuestión del acoso escolar y la intolerancia de determinados adultos y sus hijos frente a la extrema dificultad del diferente por integrarse.
Además, el film acierta a ofrecer una visión de los hechos con otras perspectivas diferentes a las del niño, lógicamente sobreprotegido y cuyas personales circunstancias han impuesto un enorme sacrificio a su entorno más cercano, aparcando muchas de sus prioridades.
Hace poco escribíamos en el blog sendas publicaciones sobre un crudo videoclip y una película brasileña que transmitían un mensaje desesperanzador y pesimista sobre el acoso escolar.
Pero este film nos aporta un lado más positivo y la reflexión de que no todo está perdido, en aras de minorar el sufrimiento de enfrentarse a un materialista mundo, en el que predomina la apariencia física, con olvido de la belleza interior.
Wonder nos revela que la educación es muy importante pero que, al margen de lo que se aprenda en las aulas y libros de texto, por encima de todo, la vida te enseña una importante lección para crecer en la adversidad.
Y es que uno debe aceptarse tal y como es, no sentirse avergonzado ni agachar la cabeza y nunca renunciar a buscar ayuda ajena, porque siempre habrá alguien cercano o un profesional, que te podrá echar una mano.