LA PELÍCULA DE HOY: RUMORES Y MENTIRAS (2010)

Quizás “Easy A”, título original de esta película, sea mucho más acertado para describir su argumento, haciendo un juego de palabras con la calificación académica en Estados Unidos, que se corresponde con nuestro sobresaliente.

Y es que la primera letra del alfabeto es, a su vez, la marca de adultera que porta en su ropa la protagonista de la célebre novela de Nathaniel Hawthorne, La letra escarlata.

La cinta está realizada por el joven director Will Gluck, especializado en comedias, algunas de ellas dirigidas al público infantil, como las dos recientes del conejo Peter Rabbit.

Si bien Emma Stone había debutado en 2017, fue con esta película, con la que se dio a conocer a la mayoría, realizando una excelente interpretación de esta pizpireta adolescente, por la que fue nominada al Globo de Oro.

Aparte de la pelirroja actriz, que años más tarde se llevaría un Oscar por La La land, en su reparto nos encontramos con muchas caras conocidas, como Lisa Kudrow, Malcolm McDowell y Thomas Haden Church, que interpretan a unos docentes, no siempre involucrados en la problemática de sus alumnos.

Pero quienes se llevan la palma en su actuación son los siempre solventes Patricia Clarkson y Stanley Tucci, en el papel de los padres de la protagonista, un moderno matrimonio que contagia simpatía a la par que cierta desinhibición, pero que no se olvida del rol tan fundamental que siempre han de desempeñar los progenitores con sus hijos: diálogo, tolerancia y cercanía a sus problemas.

Partiendo del manido formato de las comedias estudiantiles, Rumores y mentiras da un paso más, para denunciar, con un tono irónico y desenfadado, sobre la doble moral norteamericana (de la que desgraciadamente no nos alejamos mucho) y sobre las peligrosas consecuencias del chismorreo en etapas tan sensibles como la adolescencia, donde el efecto-bola de nieve puede ser devastador a través de la propagación de los rumores en las redes sociales.

Y es que los cotilleos del boca a oreja ya han pasado a mejor vida; en cuestión de segundos, todo el mundo puede acceder a comentarios sobre otra persona, sin que ni siquiera ésta haya tenido tiempo de desmentir.

Lo sorprendente de esta película es que es la propia protagonista, Olive Penderghast, la que genera un embrollo, del que luego le va a resultar muy dificultoso salir, tras perder el control de una situación que ha generado por perseguir algo que obsesiona a la gran mayoría: ser popular.

Porque partiendo del errado “ es preferible que hablen de ti, aunque sea mal, a que no hablen”, declararse como persona promiscua, sin ni siquiera haber tenido relaciones sexuales con nadie no parece el camino más adecuado para su propósito.

Y es que Olive muy pronto padecerá lo que los anglosajones conocen como “slut shaming”, en cuanto que feroces y crueles críticas a sus espaldas por comportamientos que se entienden indecorosos e inmorales en las mujeres, a las que se enjuicia acerca de su vida sexual.

Una película reivindicativa de la liberación de la sexualidad femenina, que en pleno siglo XXI aún no ha encontrado la equiparación con la masculina.

Un hombre podrá tener multitud de relaciones ocasionales y socialmente será considerado como Don Juan, Casanova, latin lover o conquistador.

Una mujer, por el contrario, será asimilada a la raza porcina.

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