César trabaja de conserje en un antiguo edificio de viviendas de Barcelona; pese a que para muchos de los vecinos es invisible, su presencia no siempre pasa desapercibida para otros. De algunos recibe muestras de afecto. Los más amables, una señora soltera, ya mayor y otra chica joven siempre sonriente, vecina del 5º B. De otros, tan solo las iras y reproches por su trabajo.
Pero una joven niña, vecina del 5º A, conoce su secreto: César se cuela diariamente en el piso de la joven del 5º B, a la que espera tras su jornada laboral, escondido debajo de la cama, para luego narcotizarla y poder dormir el resto de la noche, acostado a su lado. Su inocente dulzura supone un estímulo irresistible para él.
Todo se precipita cuando el conserje recibe una carta de despido y es descubierto por el novio de la joven.
Resulta complicado explicar el desarrollo del argumento, sin verse tentado a desvelar más detalles, imprescindibles para conocer el impactante desenlace de esta película.
Pero, sin entrar en mayores consideraciones sobre la trama, podemos adelantar a quienes se acerquen por primera vez a la cinta de Jaume Balagueró, que Mientras Duermes retrata fielmente el perfil de un psicópata de libro, lejos de los estereotipos de Hollywood, del chiflado sanguinario que persigue a sus víctimas con un cuchillo.
César es en apariencia todo amabilidad y cortesía, pero alberga sádismo, narcisismo, carencia de empatía o piedad y que tan solo cuenta con el incondicional apoyo de familiares que, como la madre del protagonista, se ven abocados a sufrir su penuria en silencio.
Aunque no hay una estadística oficial del número de psicópatas que habitan entre nosotros, se estima que un 1% de la población mundial puede presentar sus rasgos.
Son personas, cuya violencia puede llegar a ser física, pero que la anticipan con la verbal y despreciativa contra los más vulnerables de su entorno, como la amable señora mayor, con la que un frustrado César se despacha a gusto.
Luis Tosar, intenso como siempre, borda el papel protagonista de este tenaz acosador, que le hace la vida imposible a la confiada vecina del 5º B, interpretada por Marta Etura, por entonces pareja del gallego.
Su César es un lobo con piel de cordero, que aborrece la felicidad ajena, algo que él nunca ha tenido, ni tendrá, como lo demuestra su diaria subida a la azotea con voluntad suicida, que acompaña con unas reflexiones internas que traslada al espectador.
«Yo no puedo ser feliz, y lo único que me alivia es que los demás no lo sean».
Toda una declaración de perversas intenciones.