Francis Veber es uno de los directores más afamados de la cinematografía gala en cuanto a lo que se refiere al género de la comedia.
Tras haber triunfado en el país vecino con la homónima obra de teatro, escrita por el propio Veber, el realizador se decidió a adaptarla al cine.
Y la decisión fue del todo acertada, resultando un gran éxito de taquilla en todo el mundo, lo que no pasó desapercibido en Hollywood , si bien trascurrieron más de diez años hasta que se rodó su remake norteamericano, interpretado por Paul Rudd, Steve Carell y Zach Galifianakis, aunque distó de tener la acogida de la película francesa.
Su argumento parece ciertamente original, pero se basa parcialmente en hechos reales, de los que tuvo conocimiento el realizador galo,lo cual es del todo insólito y triste.
Unos pudientes “caballeros” disfrutan invitando a cenar todos los miércoles a diferentes personas por sus extravagancias o aficiones que las definen como cretinos a ojos de su frívolo parecer clasista y escasa catadura moral, con la intención de reírse de ellas y obtener el premio al invitado más idiota.
Uno de esos crueles anfitriones es Pierre Brochant, pero sufre un ataque de lumbago y se ve impedido a acudir a la cena con sus amigos, si bien no puede cancelar su encuentro en su domicilio con François Pignon, su víctima elegida, un humilde empleado del Ministerio de Hacienda y gran aficionado a las maquetas con cerillas.
A partir de ahí, con la torpe presencia de Pignon, todo se desmorona en la vida de Brochant y cual justicia poética cada uno va quedando en su sitio, tras encadenarse un sinfín de situaciones descacharrantes que afectan a otras personas de su entorno.
Thierry Lhermitte (quien sustituyó a última hora a Gerard Depardieu) y el malogrado Jacques Villeret interpretan de forma fabulosa al anfitrión y al invitado en este simpático vodevil, cuyo visionado transcurre en un suspiro y que juega con el inteligente recurso de poner a los espectadores en la singular tesitura de empatizar con ambos protagonistas.
Y es que, siendo conscientes de que Brochan es un canalla y de que merece un severo castigo por su cruel acción, es humano compartir también con él un alto grado de desesperación como el que padece ante las continuas torpezas de su invitado.
El nombre de este invitado, François Pignon es muy reconocido en Francia, puesto que tras aparecer por vez primera en una película de 1973, El embrollón, fue adoptado por Francis Veber para muchos de sus entrañables personajes que coprotagonizan varias de sus películas, coincidentes todos ellos en su carácter torpe, bonachón y parlanchín.
El film obtuvo el reconocimiento de la academia francesa con tres César en la edición de 1999; además de Veber, que se llevó el galardón a mejor guión adaptado y de Jacques Villeret, que obtuvo un merecidísimo premio al mejor actor, que parecía cantado, Daniel Prévost fue premiado con el César al mejor actor secundario, por interpretar a un implacable inspector de Hacienda con el que nadie desearía tener un encuentro profesional ni mucho menos, acostarse con su mujer.
Como curiosidad, destacar la canción de los títulos de créditos iniciales, interpretada para la versión en castellano por Jordi Vila, actor de teatro y de doblaje, ya fallecido, que puso su voz a Danny DeVito, John Cleese y John Goodman,entre otros
Ya decíamos que la obra de teatro fue un gran éxito en Francia desde su primera representación en 1993 , pero también ha estado muchos años en cartel en España,tras su primera adaptación de 2001,dirigida por Paco Mir,de Tricle e interpretada por dos grandes actores, Luis Tosar y Pepón Nieto.
¿Quién es el más idiota de los dos personajes?
Júzguelo usted mismo.