LA PELÍCULA DE HOY: FOXCATCHER (2014)

Visto el paso sin pena ni gloria de esta película por la salas de nuestro país, pese a haber ganado Bennet Miller el prestigioso galardón al mejor director en el Festival de Cannes, a quienes no habíamos tenido oportunidad de ver Foxcatcher en el cine ciertamente nos sorprendió su posterior candidatura a nada menos que cinco premios Oscars en apartados ciertamente relevantes: director, actor principal, actor de reparto, guión original y maquillaje.

Miller, que ya había obtenido el aplauso de crítica y público con Capote (2005) y Money Ball (2011) se sirve de hechos reales para adentrarnos en la dramática experiencia vivida por dos emblemas de la lucha libre en los años ochenta como fueron hermanos Mark y Dave Schultz, interpretados respectivamente por Channing Tatum y Mark Ruffalo.

Caracterizada por una nobleza y rudeza a partes iguales, esta disciplina deportiva desconocida para el gran público, colisionará con el mundo sumamente elitista y vanidoso de John du Pont, interpretado por un irreconocible Steve Carell, que encarna a la perfección a un multimillonario infantilizado y obsesionado con alimentar su propio ego para superar sus complejos, tratando de liderar un equipo que conquiste medallas olímpicas y sea el orgullo de su país.

Y para ello, du Pont recurre a lo único que ha tenido en abundancia desde el primer minuto de su vida y que sabe que los demás difícilmente podrán rechazar: el dinero de su incalculable fortuna.

Mark Schultz, deseoso de levantar el vuelo para evitar seguir estando a la sombra de un hermano mayor que siempre le ha protegido, se deja seducir por un universo tan alejado de su modesta existencia, contando con los todos los recursos que un deportista de su talla necesita, en aras de lograr la mejor preparación para el Mundial y las Olimpiadas.

Sin embargo, du Pont se arroga de una forma patética el papel de mentor, entrenador y padre de su nuevo protegido al que apenas le da un respiro y que con el tiempo se convertirá en un mero juguete.

En este punto, constituye toda una declaración de intenciones que el propio du Pont llegue a reconocer que se sintió frustrado cuando supo que su madre le había pagado al chofer de la familia un mayor sueldo para que su hijo fuera el único amigo que tuvo en la infancia.

Y es precisamente esa madre castradora, interpretada por la gran Vanessa Redgrave, la que ahora se siente defraudada e incluso avergonzada por las frívolas decisiones de su hijo, pretendiendo fomentar un deporte que considera vulgar e impropio de la tradición familiar.

Prisionero de una relación tóxica, en la que priman los ridículos caprichos de alguien que no está en sus cabales, Mark sufrirá un declive físico en el momento más inoportuno, motivado por la insana adicción a la cocaína que le proporciona el propio du Pont, que a su vez empieza a sentirse desprotegido e impotente ante el devenir de unos acontecimientos, que ni siquiera con dinero puede manipular a su antojo.

Y así, si bien inicialmente su admirado luchador logra todos los objetivos, un abrumado du Pont empieza a ser consciente de que en la dirección técnica necesitará a un profesional para alcanzar la meta más preciada: las Olimpiadas de Seúl.

Es entonces, cuando Dave Schultz acepta la suculenta oferta para trasladarse a su descomunal rancho con su esposa e hijos y sumarse como entrenador al equipo Foxcatcher de lucha libre, en el que du Pont sigue asumiendo su absurdo papel de capitán.

Y para disgusto de Mark, éste vuelve a estar bajo la sombra de su hermano mayor, mientras empieza a distanciarse de su mecenas, tras ser abofeteado y humillado por du Pont delante de sus compañeros de equipo.

Pero es la muerte natural de la anciana madre de du Pont lo que desata la tormenta.

El millonario parece redimirse con la liberación de los caballos de pura raza que tanto adoraba ella y con los que había obtenido infinidad de trofeos para contentarla en su infancia y juventud.

Pero no es más que un espejismo, ya que du Pont no solo sufre el abandono de Mark, que decide marcharse del equipo, sino con el tiempo percibe la indisponibilidad de Dave para contentar todas las absurdas veleidades que antes sí había consentido su hermano pequeño.

Y al sentirse más solo que nunca, rodeado de todo el dinero del mundo que de nada parece servirle, un esquizofrénico y paranoico du Pont premedita un crimen tan execrable como inexplicable, asesinando a sangre fría a Dave, delante de su familia.

Con ello logra el penoso record de ser el primer condenado por asesinato dentro de lista Forbes de los hombres más acaudalados de la historia, con una pena a treinta años de prisión que no llegaría a cumplir, al fallecer entre rejas en 2010, a la edad de setenta y dos años.

Uno de los mayores hallazgos de esta película es sin duda, la caracterización del millonario, con un maquillaje extraordinario, bajo el que se esconde un actor que nos tenía acostumbrados al género de la comedia, y que realiza un esfuerzo interpretativo sobresaliente para emular a su excéntrico personaje, en cuanto al tono gutural de voz, sus inquietantes silencios y sus característicos poses y andares que recuerdan al cadaverico Nosferatu de Herzog.

Al ser presentada la película en Cannes, el actor ofrecía su impresión sobre el posesivo y obsesivo du Pont:

“Era un tipo dolorosamente solitario. No tenía amigos y hasta su propia madre lo veía con recelo. Su relación con el mundo era de dueño a sirviente”

Más allá de ciertas licencias que puedan alejar la trama de lo sucedido realmente, el verdadero Mark Schultz, único superviviente de este peculiar trío, se sintió indignado por la interpretación que empezó a darse de algunas escenas de la película, en especial una ciertamente ambigua, que parece sugerir una relación homosexual entre el luchador y du Pont o al menos, el consentimiento del primero para que el segundo abusara de él y otra en la que Du Pont le corta el pelo a Schultz de la que puede inferirse que ambos ya son pareja.

El ex campeón olímpico, que había participado en la producción para entrenar durante varios meses a Tatum y Ruffalo, una vez estrenado el film y tras no pocos comentarios incendiarios hacia el director, enterró el hacha de guerra con ocasión de la Gala de los Oscars.

Pese a todo, un influenciable Schultz, parecía seguir confundido, tal y como llegó a declarar:

“Todavía no sé cómo me siento. Estoy muy sesgado, ya no sé qué decir, ya no tengo ninguna opinión sobre el tema. Mi única opinión sobre la película se basa en lo que piensan los demás. La mayoría de la gente me escribe en Facebook y Twitter, ahí expresan que les encanta la película. Entonces me olvido de todos estos críticos idiotas que han interpretado la existencia de una relación sexual”

En suma, una más que recomendable película, estupendamente dirigida e interpretada, en la que se nos muestra la decadencia y amoralidad de un amargado poderoso, que se considera el ombligo del mundo y cuya enfermedad mental termina por destrozar las vidas ajenas que tanto se había empeñado en comprar.

Entradas relacionadas

Dejar una respuesta

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies