Sin quitarle razón a Cortez, la herida ahí sigue, ciertamente, pero muchos siguen sin verla, ni abierta, ni cerrada.
Verla sí que sería un sincero ejercicio de memoria histórica.
Sin quitarle razón a Cortez, la herida ahí sigue, ciertamente, pero muchos siguen sin verla, ni abierta, ni cerrada.
Verla sí que sería un sincero ejercicio de memoria histórica.
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