Hoy dedicamos nuestra publicación a la dura respuesta que dos artistas de nuestro país le han dado a los denominados haters, esto es, aquellos inconformistas con todo y resentidos con el mundo, que en las redes sociales se dedican a destrozar la vida de los otros, sean o no famosos, con insultos y menosprecios.
Y no estamos hablando precisamente de poner paños calientes, ni mucho menos, sino de enseñar los dientes y pegar un puñetazo encima de la mesa para decir basta, sin amilanarse, ante el cobarde agresor dialéctico que casi siempre se esconde detrás de un anonimato.
Uno carece de cuenta en el estercolero de Twiter y tiene por costumbre no entrar al trapo en otras redes sociales ante una incendiaria respuesta negativa a cualquier publicación o post, que más allá de discrepar, solo busca hacer daño.
Y es que en la modesta opinión de quien escribe estas líneas, ponerse a la altura de determinados energúmenos, por mucha superioridad intelectual o plenitud de razones y argumentos que se pueda tener en su contra, solo genera una respuesta aún más encolerizada, desgaste y efectos tóxicos para una salud mental que hay que cuidar sí o sí.
En suma, que discutir con un hater es una pérdida de tiempo y de energía positiva.
En este sentido, como salvapantallas de nuestro PC, tenemos un meme en el que aparecen Carlitos y Snoopy sentados de espaldas en un embarcadero, mientras contemplan el cielo azulado.
“Snoopy ¿ a ti te gusta discutir?”, le pregunta Carlitos
“A ni no. He llegado a una edad en la que, aunque no tengas razón, te la doy. Tú te sientes bien. Yo pienso que eres un imbécil y todos contentos ” responde Snoopy.
Sin embargo, parece comprensible que aquellos que tienen en las redes sociales un punto de encuentro imprescindible para sus fans, tengan que lidiar con situaciones imposibles de filtrar, en tanto en cuanto no haya una adecuada normativa que limite las posibilidades de ser impunemente insultado o vejado en internet.
Por ello y sin perjuicio de que no compartimos las formas que plantean los artistas de esta canción (somos más partidarios del puño de hierro en guante de seda y de acudir a los cauces legales de que disponemos) en el fondo estamos completamente de acuerdo con ellos, en cuanto al ejercicio de su legítima defensa para contrarrestar a aquellos que, sin un mínimo de decoro y educación, no dejan de echar su bilis, como demostración de su pobreza de espíritu y complejo de inferioridad ante el que, a diferencia de ellos, dedica su tiempo para hacer algo constructivo y le permite ganarse la vida; insana envidia, en definitiva.
El cantautor y poeta Marwán contó con la colaboración del rapero Nach y Cinco gramos de resentimiento fue incluida en el álbum El viejo boxeador, que salió a la venta en septiembre de 2020,
Marwán se dirigía a sus fans en las redes sociales, cuando promocionaba la canción, explicando el sentido de la misma:
“Reivindico el derecho a enfadarme. Esta canción compuesta junto a mi querido Nach nació con la intención de hablar sobre el derecho a enfadarse.
Finalmente acabó dirigida hacia los haters, esos personajes que nos insultan gratuitamente en redes o fuera de ellas. Pero también va hacia todos aquellos que nos tratan mal o abusan, con la intención de dejarles un recadito.
A veces uno tiene la sensación de que vivimos inmersos en una “happycracia” y que tenemos que poner buena cara incluso ante ataques molestos o dolorosos (tío, no te enfades…).
Esta canción es la que dice que no, que tienes tu derecho a enfadarte y a decirlo. A menudo no nos lo permitimos y tragamos una y otra vez, unas veces por no hacer ruido, otra por el miedo a que dejen de querernos, otra por no respetarnos lo suficiente, otras por temor a mayores insultos…pues ya ves, les ha llegado su hora.
Me encantaría que utilizarais esta canción como respuesta a todos aquellos que atacan o insultan sin sentido o sin tener ni idea.
Así ideamos Nach y yo este tema, para reivindicar el hartazgo de una sociedad que, a veces, vive enclaustrada en el desagrado, en el odio.
Y a ese odio quisimos responderle con humor, porque es más sano, pero dejando claro lo que uno siente”
En una entrevista al diario 20 minutos, Marwam, opinaba sobre las consecuencias del odio que se genera en las redes sociales:
“Las redes son un altavoz para cosas buenas, pero también lo están siendo para las malas. Para la confrontación y la descalificación continua entre unos y otros y para que haya linchamiento colectivo.
Aunque yo no he sufrido eso con la música, sí que lo he vivido en mi faceta con la poesía, que gente conocida me ha puesto a caldo y ha sido bastante cruel, incluso en medios nacionales.
Generalmente no me afecta mucho, pero alguna vez sí lo ha hecho. Y, aunque no quiero líos y por eso no lo he hecho, alguna vez sí me ha apetecido contestarles y mandarles a ‘tomar por culo’ y permitirme el derecho a enfadarme”
Ciertamente humor no le falta al provocativo vídeoclip realizado por el almeriense Willy Rodríguez, que ya había dirigido otros trabajos para cantantes como Melendi, Aitana, Rozalén, Alejandro Sanz, Joaquín Sabina y David Bisbal.
En el mismo aparece un usuario de redes sociales, móvil en mano, mientras ve varios programas de televisión, todos ellos protagonizados por el propio Marwan y cuyas imágenes se combinan con un escenario en el que aparecen cantando el tema los intérpretes como elegantes crooners, dando paso a un informativo en el que Nach suelta toda su retahíla rapera en contra de los haters.
Te transcribimos la letra de la Cinco gramos de resentimiento:
Esta canción es para todos los idiotas,
que dispararon su desprecio en mis cristales,
Va siendo hora de cerrar algunas bocas,
Ah, va siendo hora de dejar de maltratarle
Liquidaré primero a tres o cuatro haters,
Lo haré en defensa propia dejen de alterarse,
Y por si no es suficientemente también,
me llevaré un reggaetonero por delante.
Tengo un león despertando por dentro,
Se avecina un domingo sangriento,
La catástrofe va a comenzar.
Tengo cinco gramos de resentimiento,
Destrocé este estribillo lo siento,
El rencor nunca fue comercial.
Volábamos cuando vendía cuatro discos,
Ya no es auténtico ya nunca toca en bares,
No es poeta es puerto del mercantilismo,
Tampoco soy KillBill pero hoy voy a vengarme
Y qué decir de esos imbéciles que odian,
A los que alcanzan o que ellos lo intentaron,
Todo caballo amarrado odia al resto
de caballos que galopan por el prado,
Tengo un león despertando por dentro,
Se avecina un domingo sangriento,
La catástrofe va a comenzar,
Tengo cinco gramos de resentimiento,
Destrocé este estribillo lo siento,
El rencor nunca fue comercial.
Yeah, hermano Marwán, Nach,
Son solo cinco gramos, tampoco creas que nos afecta tanto
Pero me apetece escupirlo, suéltalo,
Espera te cuento cómo va, escucha,
El problema es que sabes quién soy,
Pero yo no quién eres, un juego tan desigual,
Es lo que sucede si juntas envidiosos y crueles y una red social,
Es cierto mi resentimiento tiene cinco gramos me quito el bozal,
Porque me apetece caer bajo, tan bajo que alcance tu nivel mental,
Un gramo va por el gracioso, el pollo más tonto de todo el corral,
Tus memes tienen tanta gracia como un discurso de Santi Abascal,
Dos gramos para el subnormal que inventa mentiras para ser viral,
¿En serio? O tienes seis años chaval, un grave tumor cerebral,
Tres gramos por el artista resentido dolido por su fracaso musical,
No pagues conmigo lo que has hecho mal, amigo fuera de mi pedestal,
Cuatro por quien va de juez y me espía, vigila hasta mi ortografía,
A Su Señoría le digo que vengo a potar en la mesa de su tribunal,
Cinco por el hijoputa que cuando me nombra prepara un puñal,
Mi enfado dura seis segundos tú serás un mierda hasta el día de tu funeral,
Por mí como si un meteorito os apunta al tabique nasal, idiotas,
Que os jodan o no me da igual, sé que el rencor nunca fue comercial,
Tengo un león despertando por dentro,
Se avecina un domingo sangriento,
La catástrofe va a comenzar,
Tengo cinco gramos de resentimiento,
Destrocé este estribillo lo siento,
El rencor nunca fue comercial,
Lo siento, el rencor nunca fue comercial
No es comercial, sé, que no es lo que quieres oír,
Que no es lo que esperan de mí, que soy un poeta,
Y no puedo cagarme en la estampa de medio Madrid,
Y eso no es comercial, pero solo reclamo el derecho,
A enfadar enfadarme y poderme vengar,
Reivindico el derecho a enfadarme, reivindico el derecho incluso,
de patearle en el culo a cualquiera que venga, que venga, que venga,
y cometa un abuso, no me llames iluso no, no me llame iluso no!