Hoy escribimos en nuestro blog una reseña sobre esta canción, interpretada por este dúo que Juan Manuel Gaviño «Kiko» formó con su hermana Sara Gaviño «Shara», tras la disolución en 2005 del exitoso grupo gaditano al que éste pertenecía siendo adolescente, Los Caños.
Con casi doscientas mil copias vendidas de sus seis discos de estudio, ambos han alternado durante su trayectoria su marcado espíritu andaluz, con ciertos toques de flamenco y copla, aunque no han renunciado a la fusión con la rumba e incluso el reggae.
Tras varios años separados durante los que ambos hermanos siguieron su trayectoria en solitario, el pasado 2020, poco antes del inicio del Estado de Alarma, anunciaban su regreso con un nuevo disco más cercano al pop.
La canción Tras los libros fue incluida en el primer trabajo que publicaron en 2006, año de su debut y es un claro alegato contra el acoso escolar, que lo describe en cuanto a sus crueles efectos, si bien concluye con un mensaje esperanzador.
Y así, constituye la perfecta radiografía de los sentimientos de angustia y desamparo que tiene el alumno continuamente agredido y vejado, hasta que afortunadamente da el valiente paso de contarlo en casa y encuentra el apoyo moral y afectivo que necesita para salir superarlo y salir adelante.
Cierto es que ofrece una visión del bullying más clásico, el presencial y directo, puesto cuando se publicó el tema, todavía no se había masificado el uso de los dispositivos digitales, con la implantación de los smartphones, a partir de 2008.
Como siempre, reproducimos la letra de la canción.
A golpes, contra el suelo, desahoga su rabia y su miedo.
Intenta comprender, porque sufrir le toca a él.
Despierta llorando, en medio de su noche oscura, y en su soledad.
Se encuentra sentado, al borde del abismo
y el dolor, lo empuja sin piedad.
Se esconde tras los libros, ya ni en la escuela lo dejan,
notitas de amenazas que le llegan a su mesa.
La paciencia se le agota y no sabe bien que hacer,
Si contar lo que le pasa, o guardarselo pa’el.
Y rompe a llorar cada despertar,
por miedo a enfrentarse a su dura realidad.
No entiende porque, se debe callar,
y el miedo roba las palabras para hablar.
Intenta reír, hablar sin temblar,
pero los insultos duelen más que cada golpe que le dan.
Solo piensa que es mejor no haber nacido,
que vivir para llorar.
Empieza otro día, dispuesto a romper su cobardía.
No quiere sufrir más, y está cansado de llorar.
Le cuenta a sus padres,
cada golpe y cada insulto que ha tenido que aguantar.
Confía y no huye,
por fin se queda atrás,su oscura realidad.
Ya no se encuentra solo, tiene alguien a su lado.
Ellos le dan la vida, que a la fuerza le quitaron.
Y sufrieron en silencio todo lo que sufrió él,
ahora el miedo se ha acabado, y forma parte de su ayer.
Y rompe a reír, cada despertar,
sin miedo a enfrentarse, a su nueva realidad.
No entiende porque se pudo callar
y el miedo robó las palabras para hablar.
Ya puede reír, hablar sin temblar,
se siente arropado por personas, que por siempre le querrán.
Ahora, piensa que es mejor haber hablado…
Y rompe a reír, cada despertar,
sin miedo a enfrentarse, a su nueva realidad.
No entiende porque se pudo callar,
y el miedo robó las palabras para hablar.
Ya puede reír, hablar sin temblar,
se siente arropado por personas que por siempre le querrán.
Ahora, piensa que es mejor haber hablado,
que vivir para llorar.