En ocasiones se muestra el lado menos amable de la condición humana cuando una pareja ha roto y uno de sus miembros no quiere aceptarlo.
Así, pervirtiéndose el concepto de lo que ha de considerarse como el amor verdadero, se evidencia una enfermiza obsesión que puede llega a condicionar la existencia de la persona a la que se dije querer.
Uno de los primeros grupos musicales que abordaron estas situaciones de acoso hacia una ex pareja, fue Blondie, mítico grupo norteamericano de punk rock y glam de finales de los años setenta, que llegó a codearse con los mismísimos Ramones y que tendría la oportunidad de actuar en el mítico Studio 54 de Nueva York.
Si hablamos de Blondie, necesariamente hay que referirse a su cantante, Debbie Harry, cuyo estilo de rubia platino, maquillaje, vestimenta y voz nada aterciopelada ha sido tantas veces imitado a posteriori.
Pues bien, One Way or another, junto con Heart of glass es una de las canciones más reconocidas de la emblemática banda.
Ambas fueron incluidas en su tercer álbum, Parallel lines, que consolidó a la banda en 1978 como una de los mejores de su estilo; no en vano dicho LP figura posicionado por la revista Rolling Stone en el puesto ciento cuarenta de los quinientos mejores de la historia.
Ciertamente se trata de marchoso clásico de la historia de la música moderna, que ya forma parte de nuestra cultura popular, toda vez que infinidad de veces lo hemos bailado o escuchado en promociones publicitarias, películas, series y videojuegos.
Lo cierto es que uno recupera antiguas grabaciones de Blondie interpretándola y más allá de la discutible calidad del grupo a la hora de actuar en directo y que la composición resulta algo redundante (algún lector deseará mi muerte) ciertamente parece una animadísima canción para disfrutar con una sonrisa en la boca y una cerveza en la mano en compañía de los colegas, mientras nos movemos espasmódicamente y sin criterio rítmico de ningún tipo.
Pero si traducimos su letra al castellano, ya en el título se dejan claras las intenciones del seguidor/perseguidor en cuanto al objeto de su obsesión, que durante los versos se hace del todo evidente : de una forma u otra, quiera o no, o como decía el Sabio de Hortaleza, por lo civil o lo criminal, la va a acechar y controlar en todo momento, sin que ella pueda evitarlo.
De una forma u otra, te voy a encontrar,
te voy a atrapar, atrapar, atrapar, atrapar.
De una forma u otra, voy a ganarte,
voy a atraparte, atraparte, atraparte, atraparte.
De una forma u otra, voy a verte,
voy a encontrarme contigo, contigo, contigo.
Un día, quizás la semana que viene,
me encontraré contigo,
voy a encontrarme contigo, me encontraré contigo.
Paso conduciendo al lado de tu casa
y si están todas las luces bajas,
miraré a ver quién anda por ahí.
De una forma u otra, te voy a encontrar,
te voy a atrapar, atrapar, atrapar, atrapar.
De una forma u otra, voy a ganarte,
voy a atraparte, atraparte.
De una forma u otra, voy a verte,
voy a encontrarme contigo, contigo, contigo.
Un día, quizás la semana que viene,
voy a encontrarme contigo, me encontraré contigo.
Y si están todas las luces apagadas,
seguiré tu autobús hasta el centro,
a ver quién se deja ver.
De una forma u otra, voy a perderte,
voy a darte esquinazo.
un desliz de su pintalabios o de otra,
voy a perderte,
te voy a engañar, te engañaré.
De un forma u otra, voy a perderte,
voy a engañarte, engañarte, engañarte, engañarte.
De un forma u otra, voy a perderte,
voy a darte esquinazo.
Caminaré hasta el centro comercial,
me quedaré vigilando en la pared.
desde donde pueda verlo todo,
enterarme de a quién llamas.
Te llevaré a la caja del supermercado
algunos alimentos especiales y comida de rata,
me perderé en la muchedumbre.
De una forma u otra, te voy a atrapar,
te atraparé, atraparé, atraparte, atraparte.
Dónde puedo verlo todo, enterarme de a quién llamas.
De una forma u otra, voy a atraparte,
te atraparé, atraparé, atraparte, atraparte.
Dónde puedo verlo todo, enterarme de a quién llamas.
En una entrevista concedida a Entertainment Weekly, Debbie Harry relataba que se había inspirado para componer el tema en su propia experiencia, siendo muy joven, cuando fue acosada por un ex novio.
Según relata Harry, tras dejarlo, éste la llamaba continuamente y la seguía a todas partes, hasta el punto de que tuvo que marcharse a vivir a Nueva York para deshacerse de él.
“El tipo tenía un trabajo en el que inhalaba gases químicos todo el día, además de que era alcohólico, de ahí que se volviera loco y no dejara de perseguirme………Como el tema no parecía ser serio para todos aquellos que no lo padecían, y hablo de los hombres en general, tuve que aliviarlo y hacerlo un poco más frívolo”
Si nos atenemos a la biografía de la cantante, que se trasladó a la gran manzana con diecinueve años, la situación de acoso debió producirse en 1964.
Eran aquellos otros tiempos, desde luego, porque hoy día lo suyo sería solicitar una orden de protección para impedir la comunicación y aproximación del acosador a la víctima.
Sin embargo, aunque lo expresa de manera poco ortodoxa, la artista refiere un aspecto crucial que muchas veces no es tenido en cuenta, pero que a juicio de quien esto escribe tiene una incidencia sobresaliente a la hora de abordar determinadas conductas, más allá de cierta personalidad posesiva y obsesiva: un deficiente cuidado de la salud mental, mermada por el consumo prolongado de drogas o alcohol.
Una adicción de la que lógicamente no es culpable la persona acosada, que bastante aguante y paciencia había tenido ya y un motivo de ruptura más que comprensible para pasar página y no mirar atrás.
El problema es que no te dejen ser libre, sin que quede más remedio que actuar de forma contundente, conforme a la legalidad, pese a lo doloroso que pueda resultar.