CUANDO SEDUCIR PUEDE SER PELIGROSO

Ya casi nadie se acuerda de aquellas personas solteras o viudas que recurrían a los servicios de agencias matrimoniales para iniciar una relación sentimental.

E igualmente nos puede parecer curioso que en muchas de las comedias románticas estrenadas en el cine, sus protagonistas se conocen tras una cita a ciegas, formula que, por cierto adoptan actualmente algunos programas de TV como “Ven a cenar conmigo”

En cualquiera de los supuestos se parte del desconocimiento mutuo y de la lógica necesidad de una recíproca adaptación de las personas para encontrar su media naranja, en cuanto a la forma de ser, gustos, ideologías, etc.

Pero internet lo ha cambiado todo. La vida discurre con vértigo y los deseos de muchos han de ser satisfechos de inmediato. No se dispone tiempo para el galanteo, la conquista y la seducción pausada.

A finales de los años 90 y principios de los 2000 surgieron webs de Dating ( contacto y chat inmediato) como Meetic, Match y eDarling que, partiendo de esas fórmulas se servían de cuestionarios y algoritmos de recomendación para proponer a los mejores candidatos.

Pero con la aparición de los smartphones se han multiplicado las posibilidades, siendo recurrentes los contactos inmediatos, a golpe de click, sin tener invertir ni esfuerzo ni tiempo y sí quizás algo de dinero. Muy pocos recurren ya a pagar un anuncio en la sección de contactos de la prensa escrita, pues impera la realidad digital.

Se ha pasado del “Ya veremos….” al “¿Quedamos ya?”.

Y los números parecen atestiguarlo, porque cuatro de cada diez personas forman pareja a través de webs o aplicaciones de citas; en una investigación de 2019 los sociólogos de la Universidad de Standford y la Universidad Estatal de Arizona afirmaban que habían contactado a través de internet un 39 % en el caso de las parejas heterosexuales y un 60 % de las parejas homosexuales.

Quizás la más conocida sea Tinder, que desde su lanzamiento en 2012 no ha dejado de crecer en cuanto a número de usuarios; en el mundo se generan diariamente 20.000.000 de “matchs” a fotos, esto es likes, como paso previo a citas, que se calculan en 1.500.000.

Pero como se suele decir en la variedad está el gusto y existen muchas más opciones para “ligar”: Happn, Joyce , Sapio, Raya, Whisper, Adopta un tío , Bumble, Lovoo, Eharmony, Meetic, Ok Cupid, POF (Plenty of Fish) Feeld Citas, Shakn, Badoo, Hot or Not, Grindr, Jaumo , Facebook Dating, Ashley Madison y Our Time, cubren todas las necesidades habidas y por haber, según sea la condición sexual, inquietudes artísticas, concepto de la fidelidad o de la discreción, posición social y económica e incluso intelectualidad.

Y ya si hablamos de Facebook otra alternativa menos directa y comercial reside en los grupos que diariamente se crean por los propios usuarios de la red social y que sirven como estímulo para que los integrantes se vayan conociendo paulatinamente con respeto de la normas que se imponen por sus administradores.

Es tan sencillo como escribir en el buscador “ Grupos de personas que buscan pareja” y aparecen multitud, cuyo número de miembros resulta sorprendente: Busco Esposo (a) Me quiero casar, solo gente VIP, con 219.000; En busca de la pareja ideal en Facebook, con 70.000; Busca pareja de 40-50 aquí la encontraras, con 33.000…..

Pues bien, sea o no digital , toda relación amorosa parte de gran incertidumbre sobre la otra persona, pero la falta de contacto presencial en internet, más allá de una videollamada, obliga a extremar la cautela y no bajar la guardia si se decide por esta alternativa para interactuar.

Tiempo habrá en este blog para tratar sobre los riesgos de los menores de edad, mucho más vulnerables, pero sirvan ahora estas líneas para concienciarnos como adultos de que la red está plagada de indeseables que pueden convertir el sueño de una relación idílica en el peor de los infiernos.

Y no lo decimos precisamente por la desazón que produce una ruptura tan injustificada como inesperada y que la persona que creías idónea desaparece tan rápidamente de tu vida como apareció, práctica que se conoce como ghosting. Nos referimos a otras prácticas que entrañan serios riesgos para nuestra integridad y patrimonio.

Como por ejemplo, el sexting, al compartir imágenes íntimas con una persona a la que nunca hemos visto, más allá de la webcam, que puede lugar al sexpreding, esto es la difusión de esas imágenes a terceros sin nuestro consentimiento ni conocimiento, bien para nuestro descrédito bien como pornrevenge (despecho o venganza) o al sextorsion, mediante un chantaje económico o sexual por no difundirlas.

Traigamos a colación un supuesto real que fue objeto de enjuiciamiento en causa penal, examinado en segunda instancia por la Audiencia Provincial de Barcelona, en sentencia de 19 de julio de 2018.

Tras haber contactado a través de la red social Tinder la victima, de profesión abogada, concertó un encuentro sexual en su domicilio con un varón al que no conocía físicamente, conviniendo que lo recibiría sin ropa, cubriendo sus ojos con un pañuelo.

Y así fue, él llegó a su domicilio, ella le abrió desnuda, pero al desprenderse del pañuelo, se negó a continuar la relación sexual, lo que supuso que el varón, contrariado, le dijera que si no accedía podía publicar las fotos que ella le había enviado. Pese a ello la víctima no sucumbió y logró que él se marchara de su domicilio.

Pero la victima seguiría recibiendo mensajes de whastapp en el mismo sentido amenazante e intimidatorio, lo que supuso gran desasosiego para ella. La posibilidad y dudas acerca de que se hubiese producido la efectiva publicación de fotos íntimas afectó a su vida diaria y durante un tiempo desarrolló la sensación de pérdida de privacidad, con ideación recurrente de ser reconocida por terceros y atemorizada por la amenaza vertida de difundir los vídeos y fotografías, máxime por la trascendencia y repercusión que ello pudiera tener en su profesión.

En suma, nuestra recomendación es que deben extremarse las cautelas y no bajar la guardia, por mucho que una persona esté necesitada de encontrar pareja o un mero encuentro sexual.

Y cabe decir que resulta imprescindible que revisemos e incluso imprimamos en papel la ingente cantidad de condiciones que las aplicaciones se han procurado en detallarnos, puesto que existe la posibilidad de adoptar restricciones o limitaciones sobre privacidad o la geolocalización.

Además, en aras de comprobar la identidad de la otra persona y de evitar perder el rastro de su huella digital es conveniente comprobar que el usuario tenga enlazado su Instagram, Facebook o Twitter y que sus fotografías del perfil sean originales y no presenten marcas habituales en las capturas de pantalla.

Dice el reputado inversor y filántropo británico Richard Branson que si optas por una vida segura nunca sabrás qué se siente al ganar.

Quien esto escribe comparte tal reflexión, pero si no eres capaz de ver las orejas a un lobo con piel de cordero al que conoces en internet, una vez que te acerques y sospeches, trance peligroso será acariciárselas.

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