CELEBRIDADES QUE HAN SUFRIDO ACOSO:JUSTIN BIEBER.

Si hay un artista masculino que ha destacado en el panorama de la música pop durante la última década, ese es sin duda el canadiense, ya inmortalizado en los más prestigiosos museos de cera del mundo, pese a contar con tan solo veintisiete años.

Tras ser catapultado al estrellato, primero como ídolo adolescente y ahora con una mayor madurez en cuanto a su estilo, Justin Bieber se ha convertido en uno de los artistas que más ventas ha generado en los últimos tiempos.

Resulta muy llamativo el que fuera descubierto y promocionado gracias a las interpretaciones que, como mero aficionado, hacía de otros artistas en Youtube en 2008, cuando contaba con solo catorce años; entre otros, Chris Brown, Stevie Wonder, y su tocayo Justin Timberlake, con quien ansía colaborar.

Más allá de hacer sus pinitos como actor ocasional, participando en series como CSI, su carrera se ha venido centrando en la música.

Canciones como Never say never, Lovey yourself, Peaches, Stay o Sorry son escuchadas diariamente en todas partes del mundo y también son muy apreciadas sus puntuales colaboraciones con artistas de la talla de Will.i.am , Ariana Grande o Ed Sheeran

Sin embargo, Bieber es otra de tantas celebridades que no han sabido digerir el éxito precoz en pleno proceso de maduración, sin que tampoco hayan tenido a su lado las mejores compañías.

Decimos esto porque tal y como ha reconocido el artista, le ha podido la presión mediática y la aproximación, ciertamente obsesiva, de muchos de sus innumerables fans, al tiempo que ha tenido que lidiar en redes sociales con sus detractores, que no han sido pocos.

Y el cantante, quizás para luchar contra su inicial imagen tan aniñada e inocente, ha preferido revertir la situación para convertirse en un “chico malo” que luego ha tratado en buena parte de atenuar por su pertenencia a la comunidad religiosa Hillsong, denominada Iglesia de los hipsters y calificada por muchos como secta.

Sea como fuere, Justin Bieber se ha visto envuelto en una permanente polémica, prácticamente desde el inicio de su carrera, y necesitaríamos muchas líneas de texto para referirnos a todos los episodios en los que ha sido triste protagonista

Baste apuntar, a modo de ejemplo, su tumultuosa relación con Selena Gómez, sus polémicos vídeos con comentarios racistas, las repetidas veces que ha sido detenido por conducción temeraria, los destrozos y peleas que ha provocado, sus desplantes a la prensa y su imposible relación con los paparazzi.

Sobre los incansables fotógrafos en busca de una instantánea a cualquier precio, ya tuvimos oportunidad de escribir en el blog

Y no cabe duda que si hablamos del acoso de los paparazzi al cantante canadiense, el precio más alto se lo cobró, a su pesar, Chris Guerra, cuando falleció atropellado por un vehículo mientras se disponía a tomar la que parecía ser la imagen del año, por un hecho luego desmentido: Justin Bieber conduciendo un Ferrari mientras fumaba una pipa de marihuana.

Pero al hilo de esta sustancia ( que en nuestro país está generando amplio debate sobre su posible legalización) y volviendo a la negativa conducta del cantante, desde luego que en su nada cívico comportamiento ha tenido una decisiva influencia el consumo de drogas y alcohol, hasta el punto de que las autoridades judiciales le impusieron como obligación el que se sometiera a una terapia de control de la ira y manejo de las emociones, amén de seguir un programa para asumir los mortales efectos de la conducción en estado de ebriedad.

Sin duda, el año 2016 fue un punto de inflexión en la vida del cantante, visto que los precedentes no auguraban un buen desenlace.

Fue entonces cuando decidió cancelar su gira mundial, algo que se repetiría en años sucesivos, siendo sus explicaciones del todo comprensibles: necesitaba “descansar y relajarse”

A mayor abundamiento, en una entrevista concedida para la revista musical NME, Bieber reconocía que se había emocionado con la emisión de un documental del que también hablamos en el blog

Sin duda, el artista se sintió muy identificado con lo vivido con Amy Winehouse, un juguete roto de la industria de la música, con el que empezaba a guardar muchas similitudes.

En el año 2019, poco antes del inicio de la pandemia, el cantante se sinceró a través de su cuenta de Instagram al reconocer sus problemas con las drogas, si bien asumía que se encontraba en una nueva fase de su vida mucho más positiva, en buena parte gracias a su estabilidad sentimental.

“Es duro salir de la cama por la mañana con la actitud adecuada cuando estás abrumado con tu vida y tu pasado, trabajo, responsabilidades, emociones, tu familia, finanzas, relaciones……..Cuando te sientes teniendo un problema tras otro, empiezas a ver las cosas con miedo y a esperar otro mal día. Un ciclo de decepción tras decepción. A veces puedes llegar al punto de no querer seguir viviendo.,

Denigré a mis parejas, me volví un resentido y perdí el respeto a las mujeres. Me distancié de todos los que me querían y empecé a esconderme tras un caparazón. Me ha llevado años recuperarme de todas esas decisiones…..Ahora estoy navegando por la mejor época de mi vida, ¡el matrimonio!, que es una nueva responsabilidad increíble. Aprendes paciencia, confianza, compromiso, amabilidad, humildad y todo lo que significa ser un buen hombre».

En este punto, resultan muy ilustrativos los documentales Seasons y Nex chapter (ambos de 2020) con ocasión de su regreso al panorama musical tras casi cinco años apartado, por decisión propia o más bien, prescripción facultativa; en el segundo de ellos, el cantante reconoce que llegó a pensar en el suicidio.

Si ya hablamos de sus seguidores, en buena parte adolescentes, mucho se escribió en su día de la denominada “ Fiebre Bieber” que padecen los beliebers, sus seguidores más fieles, cuya obsesiva devoción puede apreciarse en el documental Never Say never (2011)

Fue hasta tal punto el boom que supuso el fenómeno Bieber, recordando la histeria colectiva de antaño con artistas como los Beatles o Elvis Presley, que hasta diarios tan prestigiosos como el Wall Street Journal publicó informaciones sobre sesudas conclusiones al respecto, en el reportaje de 2012 “Dentro del cerebro de los fanáticos de Bieber”.

Entre ellas, destacan las valoraciones del psicólogo Daniel J. Levitin, todo un estudioso sobre el influjo de la música en la liberación de dopamina, en cuanto que neurotransmisor que interviene en el placer y las adicciones.

Otros de los expertos era concluyente, si bien es probable que se llevaría bastantes “palos”, una década después, por afirmaciones como éstas : “las niñas son mucho más propensas a enamorarse de estrellas del pop, debido a que están despertando a los sentimientos románticos y sexuales que son a la vez embriagadores y provocan miedo. Es improbable que el amor por una celebridad se concrete, por lo que es una forma de expresar estos sentimientos de manera segura”.

No obstante, como siempre suele haber garbanzos negros, al igual que ha sucedido como tantas celebridades de su talla, Bieber se ha visto afectado por el empuje del movimiento #Metoo, visto que dos chicas manifestaron en 2020 que el cantante había abusado sexualmente de ellas en 2014 y 2015.

Y decimos lo de garbanzos negros, porque todo apunta a la inocencia de Bieber, dado que apenas surgió la noticia, su reacción en Twiter no se hizo esperar:

“Los rumores son rumores, pero el abuso sexual es algo que no me tomo a la ligera. Quería hablar de inmediato, pero por respeto a tantas víctimas que lidian con estos problemas a diario, quería asegurarme de reunir los hechos antes de hacer cualquier declaración”

Y así fue, puesto que a continuación aportó evidencias que apuntaban en un sentido contrario a las manifestaciones de las jóvenes y que incorporó a su demanda millonaria contra ambas.

Siempre en primera plana, a comienzos de 2020 también se supo que Bieber padecía la enfermedad de Lyme, provocada por las garrapatas y que genera dolores, hormigueos, dolores de cabeza e incluso parálisis facial en los supuestos más graves.

No obstante, muchos especialistas han discutido, no solo la cronicidad del padecimiento, sino también los diagnósticos precipitados, que dan lugar a tratamientos innecesarios y perjudiciales para el organismo.

Pero en la otra cara de la moneda, cabe decir que Bieber se ha significado por su activismo y filantropía.

No en vano, colabora en la construcción de escuelas a través de «Pencils of Promise», en la conocida asociación PETA para la adopción de mascotas y ha contribuido con donaciones para el equipamiento de hospitales, la lucha contra el alzheimer y para ayudar a las víctimas de desastres naturales, como los acontecidos en Filipinas y Haití, siendo además uno de los artistas que pusieron voz en la reedición del famoso We are the world en 2010.

Y si ya hablamos del acoso escolar, Bieber se ha puesto a sí mismo como ejemplo de víctima del bullying durante su etapa como estudiante , al igual que han hecho otros artistas sobre los que hemos escrito en nuestro blog.

Ninguno de ellos han tenido infancias y adolescencias felices por culpa de dicho acoso, y quizás algunos, como Bieber, han perpetuado el contacto con la violencia, esta vez como autores, quizás como peligrosa vía de escape.

Cuando el artista aún no había protagonizado la gran mayoría de los incidentes sobre los que escribimos antes, con ocasión de la inclusión de su canción Born to be body en el documental Bully (2011) del que tendremos oportunidad de tratar, el artista ponía el foco en la lucha contra la discriminación de aquellos que se sienten superiores frente a los “bichos raros”, animando a los todos los testigos para que denuncien estas situaciones.

En este sentido, Bieber no solo incidía en que resultaba primordial la solidaridad y empatía de los compañeros de los acosados, sino que éstos debían dar un paso más, denunciando los hechos.

E igualmente ponía el dedo en la llaga al advertir sobre la enorme responsabilidad de los directores de los centros escolares y de los docentes para erradicar tamaña lacra de la sociedad, que no ha desaparecido y va a más, desgraciadamente.

Relacionado asimismo con la lucha contra el bullying, Bieber también ha venido colaborando con It Gets Better, una asociación para la prevención del suicidio entre los jóvenes de la comunidad LGBT que sufren acoso y de la que igualmente tuvimos oportunidad de escribir en su día, al hilo de una canción de Rise against.

De regreso triunfal ha sido calificada su reaparición en los premios MTV, tras seis años de ausencia.

Esperemos que no sea flor de un día y que la Fiebre Bieber siga rompiendo termómetros, siempre y cuando no derive en algo más que un pasatiempo juvenil y una cierta calentura, sin mayores consecuencias.

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