CELEBRIDADES QUE HAN SUFRIDO ACOSO: WINONA RYDER.

Tras haber asombrado en películas como Beetlejuice, Gran Bola de fuego y Eduardo Manos Tijeras, pocos discutían ya en Hollywood que los años noventa iban a ser de la jovencísima actriz Winona Ryder.

Y así fue. Tras su intervención con papeles protagonistas en Drácula de Bram Stoker, La edad de la inocencia, La casa de los espíritus, Mujercitas, El crisol y la que dicen, constituye emblema de la generación X, Reality Bytes, todo apuntaba a que su exitosa carrera se prolongaría hasta su madurez.

Sin embargo, la suerte le sería luego esquiva a esta menuda y bella actriz, nacida en 1971, con una errática trayectoria que tan solo parece haber recuperado parcialmente tras su participación en Stranger Things y otras producciones para la pequeña pantalla.

En la ficción de Neflix interpreta a una madre, ciertamente excéntrica, con una conducta que no parece muy alejada de la realidad y que sin duda ha venido condicionada por los episodios sufridos durante la infancia, adolescencia y su paso a la vida adulta, siendo ya una actriz de primer nivel.

Con siete años,al igual que el resto su familia,Winona ingresó en una comuna con tintes sectarios,denominada Arco Iris,de la que afortunadamente se desligaron tres años después.

De religión hebrea, Winona habría quedado muy impresionada de niña, por los horrores que había sufrido parte su familia judía durante el holocausto nazi, hasta el punto de dormir muy pendiente de sus padres, debido a la angustia que le suponía creer que alguien llegara para llevárselos.

Sin embargo, ya en el colegio sufriría en sus carnes la realidad de otro tipo de prejuicios, a través del bullying, la homofobia.

Y es que, pese a no ser homosexual, se metían con ella por llevar el pelo corto y vestir prendas anchas y masculinas.

Tal y como explicaría la actriz, tal situación llegó al culmen de lo inconcebible, con una agresión:

“Yo llevaba ropa masculina que había comprado en una de las tiendas del Ejército de Salvación; Mientras iba al baño, oí a alguien decir ‘¡eh, lesbiana!’. Golpearon mi cabeza contra una taquilla. Me caí al suelo y empezaron a pegarme. Tuvieron que darme puntos”.

Lo increíble de esta triste historia es que los responsables del centro educativo, en vez de protegerla y castigar a los agresores, optaron por la solución más fácil e injusta: expulsar a Winona.

Sin embargo, como se suele decir, la venganza es un plato que se sirve muy frío, porque tras el estreno de la película Beetlejuice, en 1988, coincidió en una cafetería con una de las chicas que años antes se había metido con ella y que ahora le pedía un autógrafo.

Tras preguntarle Winona si se acordaba de ella y del incidente de la agresión, vista la extrañeza y vaguedad de su ex compañera, la respuesta fue contundente:

“Pues era yo; Vete a tomar por el culo”

Sin embargo, aparte de sus nuevos admiradores, en el instituto también se encontraría con detractores, que la insultaban llamándola “bruja”, sin duda envidiosos por el notable trabajo de la actriz para encarnar su siniestro papel en la película de Tim Burton.

Pero no cabe duda que una de las anécdotas más surrealistas en torno a su vida ha sido conocer que el actor Keanu Reeves, sigue sin tener muy claro si realmente está casado con ella.

Y es que durante una de las escenas que ambos habían rodado para Drácula de Bram Stoker (1992) para emular la boda de sus personajes, un cura real habría celebrado una íntegra ceremonia religiosa.

Sin embargo, la intrahistoria de la última obra maestra de Francis Ford Coppola daría para mucho más.

Dos años antes, Winona había sido la candidata para interpretar a la hija de Michael Corleone en la tercera parte de la saga de El Padrino (1990) lo que supondría el empujón definitivo para afianzar su carrera.

Pero el agotamiento físico y mental ya empezaba en hacer mella en una chica, a la que le costaba digerir su éxito y asumir nuevos retos.

Y ante la exigencia que le iba a suponer su nuevo papel, tras sufrir un ataque de ansiedad poco antes de iniciar el rodaje, Winona tuvo que renunciar a participar.

Su ausencia en la película de Coppola constituyó una verdadera lástima, no solo para ella, sino para el resto de espectadores, que tuvimos que conformarnos con la mediocre actuación de la hija del director como sustituta, una debutante Sofia Coppola, que a posteriori haría muy bien en centrarse en la dirección.

Sea como fuere, la actriz, que estaba verdaderamente obsesionada por la brillante obra de Bram Stoker e ilusionada con llevar a la pantalla la adaptación realizada por James V. Hart, le entregó su guión en bandeja a Coppola.

Y el cineasta, pese a las reticencias iniciales para aceptar el nuevo proyecto, ciertamente se sentía en deuda con ella, por lo que terminó por ceder ante las insistencias de la joven actriz, que también sugirió gran parte del casting.

Si bien Coppola tuvo la iniciativa de reunir a todo el reparto en su rancho para leer sus respectivos papeles, contribuyendo a que durante el rodaje reinará muy buen ambiente, la experiencia no sería tan placentera para la verdadera impulsora del proyecto, una Winona Rider de tan solo diecinueve años.

Y así, no le resultó nada fácil compartir varias escenas con un siempre intenso Gary Oldman, que encarnaba al mítico conde y que siguiendo los consejos del veterano director, para atemorizarla se pasó todo el tiempo susurrando a su oído las líneas del dialogo más terroríficas.

No cabe duda que Oldman se ensañó con la joven y timorata actriz, que fuera de las cámaras, pasó de tener una relación muy tensa con el británico, a distanciarse por completo de él, tras una broma sexual de muy mal gusto.

Según parece, el actor, con el consentimiento de Coppola y entre continuas carcajadas, insistió en rodar repetidas tomas de una escena, mientras fuera de plano, sujetaba un calabacín colocado en su entrepierna.

Pero aquella no sería la única obscenidad que tendría que soportar una Winona Ryder, que más tarde afirmaría que había recibido un trato vejatorio por parte de Coppola.

No fueron pocos los intentos del director para convencerla de que se desnudara en alguna escena, algo a lo que ella se negó sistemáticamente, para no enfadar a su novio de entonces, Johnny Depp, cuyo tatuaje en el brazo simbolizaba su eterno amor por ella: “Winona Forever”.

Pero el momento más crudo para la joven actriz fue cuando tuvieron que rodar una escena con una recién vampirizada Mina que entraba en shock, en presencia de su prometido Jonathan, interpretado por Keanu Reeves y del resto de caza vampiros liderados por Van Helsing, encarnado por Anthony Hopkins.

Pues bien, visto que aquel día Winona no acertaba en cuanto a la intensidad que precisaba su papel, el director animó al resto de actores para que la amedrentaran, algo a lo que se negaron en rotundo.

» se supone que debía estar llorando. Francis estaba tratando de reunirlos a todos para que me gritasen cosas que me hiciesen llorar. Pero Keanu no lo hizo, Anthony Hopkins tampoco, no funcionó. Realmente hizo lo contrario»

Y fue entonces, cuando el propio director tomó la iniciativa para insultarla, gritando:

‘¡Eres una zorra, eres una puta zorra! Mírate ¡Mírate! ¡Tu propio marido te está viendo!

Al final, tras repetirse la escena un total de ocho veces, una exhausta y llorosa actriz puso fin al oprobio con un sonoro ¡BASTA!, momento el que un más amoroso y comprensivo Coppola, la habría cogido entre sus brazos para susurrarle:

“Lo siento, lo siento mucho. No lo decía en serio”

Winona Ryder daría su opinión tiempo después, ironizando sobre lo que había sentido, tras un experiencia que hoy día no sería tolerada:

“Oh, sí, fue genial. Me encanta que me llamen puta y zorra.Es una técnica completamente estúpida y no, no funciona….

Jamás habría hablado mal de Drácula en aquel momento. Por suerte, ahora ya no necesito ser la actriz favorita de Francis Ford Coppola para tener una buena carrera.

Ahora sé que puedo tener mi propia opinión y seguir siendo respetada. Pero en aquel momento me sentía asustada, porque él me intimidaba.

Creía que si me quejaba la gente pensaría que estaba loca”.

Pues bien, sin perjuicio de que tamaño calificativo resultará del todo despectivo, el tiempo ha demostrado que a posteriori Winona sí padecería serios problemas de salud mental y que ella ha vinculado a trastornos crónicos de miedo y angustia, depresiones y jaquecas ante situaciones amenazantes, lo que coloquialmente viene conociéndose como ataques de pánico.

Como decíamos al inicio, la carrera de Winona no siguió por el rumbo esperado, sin que su comportamiento contribuyera a enderezarlo, porque como sucede con tantas otras estrellas descarriadas, la actriz encontró su peor aliado en el consumo de drogas.

Tras varios años de cierto desatino profesional, todo se complicaría para su vida personal y profesional cuando, a finales de 2001 fue arrestada por haber hurtado ropa y accesorios por valor de cerca de seis mil euros.

Las imágenes, que aún pueden verse en youtube, dieron la vuelta al mundo y muestran a la actriz que sin ningún descaro, inconsciente quizás de que estaba siendo registrada por las videocámaras de la tienda, arrambla todo lo que le apetece, para ser interceptada apenas cruza la puerta para salir del establecimiento.

Y aunque Winona no tuvo que entrar en prisión, se le otorgó la libertad condicionada a que no volviera a delinquir en tres años, cumpliera casi quinientas horas de trabajos comunitarios (que Winona decidió cumplir en un centro de niños invidentes y en otro de ayuda a enfermos de SIDA) pagara una multa, indemnizara a la tienda con la suma de lo hurtado y se sometiera a tratamiento psicológico.

Pero lo peor serían, como siempre, los juicios paralelos por parte de la opinión pública, ya que le sería colgado un sambenito de cleptómana del que difícilmente ha podido desprenderse.

En una entrevista a la revista Vogue en 2007, Winona daba su versión sobre el incidente de la tienda:

“Un par de meses antes me rompí el brazo en dos partes distintas y el médico, una especie de curandero, me dio un montón de cosas que al principio tomaba para superar el dolor. Y luego pasé por un período en el que no sabía si tenía dolor, pero ingería las cosas»

En Estados Unidos nunca dejan de sorprendernos, porque al hilo del suceso, un avispado ciudadano, tuvo la feliz idea de confeccionar camisetas para su venta con un lema, exigiendo una innecesaria liberación, “Free Winona”.

Pero lo cierto es que google le había jugado una mala pasada a una persona con escasa cultura cinematográfica, porque para confeccionar la camiseta había serigrafíado sobre un fondo blanco la imagen de una mujer que nada tenía que ver con Winona, algo que la actriz se tomaría de muy buen grado, al posar con la camiseta para una revista.

Aquella anécdota sería recordada hace algunos años, con ocasión de la “pillada” por las cámaras de videovilgilancia de la ex Presidenta de la Comunidad de Madrid, al hurtar tarros de crema cosmética.

Y es que poco tardaron en difundir montajes con la señora luciendo aquella camiseta de “Free Winona” Ingenio y mala baba, a partes iguales.

En 2008 se supo también que un piloto del avión que la trasladaba de Los Angeles a Londres, habría tenido que pedir un aterrizaje prioritario en el aeropuerto, toda vez que la actriz se había sentido indispuesta, lo que a su vez motivó que tuviera que ser ingresada, sin que haya trascendido que enfermedad padecía.

Quizás un nuevo ataque de pánico.

Y visto que tampoco le llovían ofertas, la que había sido una estrella de primer nivel tan solo una década antes, optó por una retirada parcial, hasta el punto de que desde entonces, apenas ha hecho alguna película de relevancia, con excepción de Cisne negro (2010) de la que ya hablamos en el blog, donde interpreta a una bailarina, que tampoco es que estuviera muy cuerda, precisamente.

Teniendo en cuenta todo lo que ha padecido esta mujer, que por cierto no es nada partidaria de tener redes sociales, no quisiéramos ser demasiado críticos con su histriónica actuación en Stranger Things, pero de aquel talento interpretativo que maravilló a propios y extraños, desgraciadamente ha quedado muy poco.

No obstante, Winona cumplirá cincuenta años el próximo mes de octubre y aún le queda cuerda para rato a la mejor Mina Harker que ha dado el séptimo arte.

Solo depende de ella y de que quizás tenga algo más de suerte para recuperar el rumbo, si que sea ya pertinente que otros crucen océanos de tiempo para encontrarla y menos con un calabacín en la entrepierna.

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