Hace poco hemos conocido que uno de los mejores pilotos de Fórmula Uno del presente siglo ha decidido retirarse tras finalizar la presente temporada.
Ciertamente, muchos le han venido negando el pan y la sal a Vettel, hasta el punto de discutir su talento y vincular su impresionante palmarés (cuatro campeonatos, al igual que el francés Alain Prost, tres subcampeonatos y el tercero en número de victorias de grandes premios, tras Lewis Hamilton y Michael Schumacher) a la fortuna de haber coincidido con una escudería, la australiana Red Bull, que dio en la tecla durante cuatro años consecutivos (de 2010 a 2013) para dejar atrás de una forma humillante a sus máximos rivales.
Una fortuna de la que precisamente ha carecido nuestro Fernando Alonso visto que, tras triunfar siendo muy joven con dos campeonatos mundiales en el Renault de Briatore, desde hace más de década y media solo ha dado palos de ciego, pese a ser considerado por los entendidos como un piloto prodigioso.
Sea como fuere, es evidente que la valía de Vettel es indiscutible, amén de que supone una nueva demostración de otro deportista hecho a sí mismo, al que nadie le ha regalado nada y que ha llegado a lo máximo a lo que podía aspirar siendo niño.
Y así, en su país, con buen criterio ha sido el digno sucesor de su compatriota Michael Schumacher, que tras su grave accidente de esquí, no ha dado señales de una vida que ahora se debe antojar dramática, pese a la incalculable fortuna que debe poseer.
Y tamaño éxito, como de costumbre, suele generar admiración, pero también envidia y rencor, en especial entre los seguidores de los equipos rivales.
En este punto, hace algunos años el propio Vettel incidía en el hecho de que se había acrecentado el odio de los aficionados, que no solo se comportan de forma violenta en los propios circuitos, emulando el de los peores ultras que a veces vemos en los estadios de futbol, sino que también escupen su veneno en redes sociales.
Precisamente, por eso ha llamado más la atención la forma de anunciar su retirada ya que que siendo Vettel una de las pocas celebridades que no tenían cuenta en una red social (por higiene mental, sin duda) el piloto alemán, para tal cometido creó una en Instagram .
En cuanto al motivo de su retirada, Vettel, que el julio pasado ha cumplido treinta y cinco años, apuntaba al deseo de poder ver crecer y educar a sus hijos, sin estar sujeto a la rígida disciplina que implica mantener un nivel competitivo aceptable acorde con su palmarés.
Es obvio que además pueden pesar otras razones, como el de dejar de jugarse la vida en un deporte de alto riesgo, pese a la implementación de extremas medidas de seguridad para proteger la integridad física de los pilotos.
No obstante, no sería la primera vez que a bombo y platillo se anuncia una retirada y luego el “gusanillo” de la velocidad en el asfalto puede más que la jubilación voluntaria; el tiempo lo dirá.
Sin embargo, de lo aparecido en prensa en los últimos meses en torno al campeón germano, lo que más nos ha llamado la atención es que siendo niño, había sido objeto de bullying, como tantas otras celebridades, incluso del mismo deporte, como bien sabe el lector de nuestro blog.
Y es que en su momento ya escribimos sobre el acoso escolar que padeció el propio Lewis Hamilton.
Pues bien, el diario italiano la Gazzetta dello Sport difundió un vídeo emitido en su día por la cadena alemana Spiegel TV en el que se hablaba de una infancia marcada por los éxitos de un precoz Sebastian Vettel en el mundo del karting y por el vaticinio de que en el futuro pudiera recoger el testigo de Schumacher, como así ha sido.
Pero esa infancia ha sido muy dura por el hostigamiento de unos envidiosos compañeros de colegio, de quienes tuvo que sufrir sus iras y que incluso llegaron a destrozar un trofeo que Vettel llevó al aula.
Con tales experiencias, uno no se puede más que congratularse por el hecho de que luego haya podido mostrar una entereza, tan necesaria para competir en un deporte exigente como el que más y que tampoco se haya escondido a la hora de dar la cara por los demás y usar su indudable popularidad para ser activista de determinadas causas, pese a que ello le ha generado reprimendas deportivas en los circuitos.
Es el caso, por ejemplo, de lo sucedido el pasado año 2021 en Hungría cuando mostró en público una camiseta con los colores del arco iris con el lema “Same Love”, en apoyo al colectivo LGTBI, en un país, donde se sufren discriminaciones; un gesto aplaudido, entre otros, por uno de sus grandes rivales en los circuitos, el citado Hamilton
No obstante, Vettel ha sido criticado públicamente de cierto fariseísmo al posicionarse en contra de los negacionistas del cambio climático, visto que precisamente ha venido compitiendo en uno de los deportes más contaminantes.
Como curiosa anécdota reciente destacamos una noticia que además deja muy mal a la ciudad de Barcelona en cuanto a la deficiencia de la seguridad, algo que también han padecido otros deportistas de alto nivel como como los futbolistas Lewandowski y Aubameyang, con sendos hurto y robo con violencia, respectivamente.
El caso es que Vettel fue víctima de la sustracción de una mochila que había dejado en su vehículo particular, aprovechando su estancia en la ciudad condal con ocasión del Gran Premio de Montmeló.
Pues bien, ni corto ni perezoso, Vettel montó en su patinete eléctrico y se lanzó en persecución de los delincuentes , pudiendo recuperar unos auriculares, sin duda valiosos, pero no así cierta documentación que estaba en la mochila.