CELEBRIDADES QUE HAN SUFRIDO ACOSO: LINDA BLAIR.

Todos recordamos a la niña de El exorcista, personaje infantil que era poseída por el demonio sumerio Pazuzu en la famosa película dirigida por William Friedkin, basada en el aclamado best seller de William Peter Blatty.

Quizás muchos jóvenes de hoy rompan a carcajadas al contemplar la retahíla de gritos, insultos, esputos, vómitos y espasmos varios de la niña Regan MacNeil, pero no deben olvidar que el film sigue siendo reconocido como uno de los más terroríficos de todos los tiempos, imitado hasta la saciedad en producciones posteriores e inspiración de otros realizadores del género.

Y es que muchos aún sentimos cierta inquietud al escuchar los primeros compases de la famosa pieza del Tubullar Bells de Mike Oldfield.

El exorcista ocasionó un verdadero impacto cuando fue estrenada en las navidades de 1973, porque hasta entonces nunca se había abordado un asunto tan delicado como las posesiones demoníacas, ni se habían visto en una pantalla escenas tan espeluznantes, favorecidas por unos efectos, dignos de elogio por su credibilidad.

Y fue tal la conmoción que se generó que en algunas salas llegaron a repartirse bolsas para el vómito y se contrataron servicios de ambulancia, visto que había trascendido que durante su proyección, algunos espectadores habían tenido que abandonar su butaca ante tal horror pero otros habían sufrido desmayos, ataques de epilepsia, infartos e incluso un aborto.

Situaciones tan extremas favorecieron a su promoción para la venta de entradas, contribuyendo a que, no solo fuera la producción de terror nominada al Oscar a la mejor película ( finalmente obtendría dos, de diez nominaciones, por el mejor guión adaptado y mejor sonido) sino que durante más de cuatro décadas ha sido el film de dicho género con mayor recaudación, hasta ser superado en 2017 por It, película sobre la que ya tratamos en nuestro blog.

A la edad de trece años, Linda Blair ya contaba con un amplio recorrido como conocida modelo publicitaria en cerca de ochenta anuncios de televisión e infinidad de catálogos de moda infantil.

Y si bien ya tenía cierta experiencia en cine y televisión, fue su enorme desparpajo lo que contribuyó a superar un proceso de selección de nada menos de seiscientas aspirantes al papel de Regan, entre ellas, las luego famosas actrices Laura Dern y Melanie Griffith.

La niña se disponía afrontar un calvario de siete meses de rodaje, con jornadas de dieciséis horas.

Pero pese a su edad, la chiquilla se entregó al máximo durante la eternas sesiones de maquillaje, tuvo que llevar unas lentillas que le producían mucho dolor, permanecer durante mucho el tiempo en camisón con la temperatura del plató inferior a cero grados o proferir las conocidas blasfemias, luego dobladas, mientras interpretaba las escenas más obscenas de la película.

Consciente de la dureza que está atravesando, William Friedkin estuvo pendiente de Linda Blair en todo momento, tratándola con suma delicadeza, lo que no se puede decir del resto del reparto, que se vio atormentado por el explosivo carácter del realizador.

Pero la niña sufrió graves lesiones al fracturarse la columna vertebral inferior, como consecuencia del sistema de anclaje que la ataba, para propiciar muchas de las violentas sacudidas que aparecen en el film.

Y si bien Linda pudo ser operada para realinear su maltrecha columna, como secuela ha venido sufriendo un dolor crónico en la espalda. Quien haya padecido problemas parecidos, sabe perfectamente lo dañinos que pueden llegar a ser para el ánimo de una persona, en especial, desde tan temprana edad.

Pero si lo anterior ya era una penuria difícil de sobrellevar, el estreno de la película supuso un trauma insoportable de una niña que ya había cumplido catorce años.

Como sucede con tantas religiones, la católica no está exenta de contar con muchos fanáticos entre sus filas y la joven actriz tuvo que sufrir los delirios de varios dementes, que tras acusar de sacrílega a El exorcista, consideraban que la niña glorificaba a Satanás, despreciando gravemente a Dios.

Y así, Linda Blair era insultada o escupida en la calle, situación que empeoraba al llegar a su casa, cuando recibía llamadas telefónicas y cartas amenazándola de muerte.

Visto el cariz que tomaban los acontecimientos, la productora Warner Bros presionó para que un dispositivo policial hiciera guardia durante doce horas diarias en su domicilio de Connecticut , donde sería intervenido su teléfono de casa.

Pero seis meses después, la amenazas aún no habían cesado e incluso se vio acosada por algunos satanistas, que dieron una lectura a la película totalmente opuesta a la de los radicales católicos.

Harta del hostigamiento, la familia de la actriz optó por mudarse, viviendo durante algunos años en distintas localidades de Norteamérica, casi siempre alojados por amigos.

El que por entonces no se contara con las posibilidades que ahora nos ofrece internet, afortunadamente contribuyó a que dejara ser localizada y por tanto cesará el riesgo de unas amenazas, cuyos autores nunca han sido identificados.

Es entonces cuando la prensa se hizo eco de distintos rumores que apuntaban a un ingreso psiquiátrico de la niña, lo que fue desmentido por la Warner Bros, reuniendo a todo el reparto de la película para celebrar, a bombo y platillo, el decimoquinto cumpleaños de Linda.

La niña había demostrado un talento natural para abordar varios registros interpretativos en El Exorcista y su papel fue aclamado por crítica y público, obteniendo una merecida nominación al Oscar como mejor actriz de reparto, tras haber obtenido el Globo de Oro en dicha categoría.

Pero cuando todo apuntaba a que se llevaría el preciado galardón, su participación en la película fue cuestionada tras unas inesperadas e injustas declaraciones por parte de su doble de cuerpo, influyendo para que la dorada estatuilla finalmente recayera en otra de las nominadas, la también niña prodigio Tatum O’Neal, que lo ganó por Luna de papel.

El desasosiego y la paranoia ya habían calado muy hondo en la vida de Linda Blair, que veía como se truncaba una prometedora carrera cinematográfica y lo que es peor, influían negativamente en su díscolo carácter como adolescente.

Y es que no sería exagerado afirmar que su vida personal quedó precozmente rota, vistos los acontecimientos que hemos referido, que se sumieron al divorcio de sus padres.

De su posterior trayectoria profesional tan solo cabe destacar una breve aparición en la conocida Aeropuerto 75, interpretando a la niña que viaja para recibir un trasplante de corazón, el difícil papel de una rebelde adolescente que es brutalmente violada por una lesbiana en la película de televisión Nacida Inocente y su intervención en El Hereje, fallida segunda parte de El exorcista que fue masacrada por la crítica y apenas vista en las salas en 1977.

Ese año, Linda Blair fue arrestada y acusada por posesión y distribución de cocaína y anfetaminas, un auténtico escándalo para una actriz tan joven de Hollywood, siendo condenada a tres años de libertad condicional, con la obligación de promocionar una campaña contra el consumo de drogas, amén de seguir un proceso de rehabilitación.

Y si bien superó con éxito su adicción, su salud mental ya había sufrido mucho, hasta el punto de que posteriormente tuvo que ser ingresada en un hospital psiquiátrico. Esta vez, sí.

Poco hay que decir del resto de su trabajo como actriz, dado que Linda Blair se limitó a aparecer en películas mediocres, sin mayor recorrido en los cines y en alguna serie de televisión.

Tampoco ayudó que la prensa amarilla la ridiculizara por su obesidad, viéndose apartada de papeles más relevantes de una carrera que ya discurría en franco declive, con una imagen pública seriamente deteriorada, no solo por su pasado con las drogas sino por haber posado desnuda para varias publicaciones para adultos, como Playboy.

Superados sus problemas de sobrepeso, en 1990 la actriz recobraría cierto protagonismo mediático con una parodia de su famoso personaje en la infame película Reposeida, junto al siempre carismático Leslie Nielsen.

Durante los años siguientes, se volcó en el cuidado de su madre, enferma de cáncer y, ya alejada del cine, siempre ha aparecido atendiendo amablemente a los medios, luciendo la mejor de sus sonrisas.

Y así, ha venido promocionando distintas obras de caridad e iniciativas solidarias, como la de proteger a animales abandonados, a través de una fundación que lleva su nombre.

Linda, cuenta ahora con 61 años, asiste con regularidad a convenciones sobre el género del terror y nunca ha dejado de firmar autógrafos por aquel papel que cambiaría su vida para siempre.

Entradas relacionadas

Dejar una respuesta

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies