Dada su inexpresividad, no es sin duda uno de los mejores actores del mundo y difícilmente ganará un Oscar, pero Keanu Reeves es uno de los más carismáticos y reconocidos por el público, tras participar desde principios de los años noventa en películas de diversos géneros como Le llaman Bodhi, Drácula de Bram Stoker, Speed, la trilogía de Matrix o la más reciente de John Wick.
El canadiense suele mostrarse muy natural a la opinión pública y en ocasiones ciertamente desaliñado, alejado de la extrema vanidad que abunda entre sus compañeros de profesión.
Sea como fuere, es una persona que cae bien, porque transmite bondad y amabilidad, lo mismo que sus personajes; de hecho, que recordemos solo ha interpretado a un villano en su dilatada carrera, un detestable maltratador, en la película Premonición, de Sam Raimi.
Pero la vida para Keanu Reeves no ha sido fácil, ni mucho menos, afrontando tristes situaciones, como las de cualquier otra persona alejada de los focos de Hollywood.
Tras abandonar a su alcohólico padre, su madre tuvo que trabajar de stripper para sacar adelante a Keanu y a su hermana pequeña.
Ya iniciada su carrera como actor, sufrió un serio varapalo tras la dramática muerte de su gran amigo y compañero de reparto en Mi Idaho privado, la estrella juvenil River Phonenix, hermano del reciente ganador del Oscar por Joker, Joaquin.
Una vez consagrado como estrella, atravesaría momentos muy duros, tras romper su relación con la también actriz Jennifer Syme, que padecía una severa depresión al perder a la hija de ambos, que nació muerta por haber dado a luz de forma prematura.
Y cruel paradoja de la vida, cuanto todo parecía encauzarse con ella, coincidiendo con el exitoso estreno de Matrix, la actriz, que continuaba con una fuerte medicación antidepresiva, sufrió un accidente mortal con su coche.
En 2015 Keanu Reeves protagonizó Toc, Toc, un previsible film del género home invasión, realizado por el siempre inquieto Eli Roth, cuyas películas suelen ser muy explícitas a la hora de mostrar la violencia.
En dicho thriller, interpreta a un hombre que las pasa ciertamente canutas, tras irrumpir en su vivienda dos jóvenes mujeres para asediarlo, siendo una de ellas la ahora pujante y bellísima Ana de Armas, en uno de sus primeros papeles en Estados Unidos.
Lo curioso es que poco tiempo antes del estreno, Keanu llegó a sufrir en sus carnes dos situaciones similares, que el actor afrontó con una envidiable serenidad.
Y así, una admiradora se coló en su vivienda mientras Keanu dormía y apareció tranquilamente sentada en la biblioteca, esperándolo para hablar con él. Muy interesada en sus libros, no parecía.
Conocido por su templanza, sin duda potenciada por su práctica del budismo, el actor intentó calmar a su intrépida e inconsciente fan, si bien antes se había cuidado de llamar a la policía, que se presentó de inmediato para detenerla.
Pero escasos días después, otra chica fue encontrada completamente desnuda mientras nadaba en su piscina.
Suponemos que no para hablar con él, precisamente.
El último episodio de acoso se ha producido recientemente, tras conocerse que Alexandra Grant, actual pareja de Keanu Reeves, ha solicitado una orden de restricción contra una admiradora de sesenta y siete años, que cuenta con antecedentes por delitos graves y que viene siguiendo a la pareja a todas partes.
Visto el panorama, Keanu Reeves venía manteniendo en los últimos años una llamativa conducta, que está siendo imitada por alguno de sus colegas.
Y esa es la de aparecer en las fotos a cierta distancia física de otras personas y en especial, de sus admiradores, lo cual hoy en día resulta obligado en mucha mayor medida por la situación sanitaria.
Por ello, resulta muy curioso comprobar que, si bien rodea a sus acompañantes femeninas con el brazo, jamás las toca con la mano, lo cual revela cuan cauteloso y pudoroso se muestra para evitar malos entendidos o alimentar falsas esperanzas.
Sin embargo, pese a ser muy celoso de su intimidad, no rehuye el contacto más directo con sus fans, si es para causas solidarias.
Como por ejemplo, con ocasión de una reciente iniciativa en la que el objeto de la subasta consistía en tener un encuentro telemático con él, a través de un videollamada durante quince minutos. Menos da una piedra, pensarán sus fans.
Y todo ello, en aras de recaudar dinero para la lucha contra el cáncer, causa en la que Keanu Reeves está muy implicado con donaciones millonarias, a raíz de haber ayudado a su hermana pequeña, que llegó a superar una leucemia, tras una larga década de tratamiento.
Sabias palabras fueron las manifestadas por el actor en una entrevista de 2018, y que lo descubren como persona que sabe valorar el alto coste que tiene una vida con salud y poder vivir los pequeños y no demasiado costosos placeres que la misma puede dar, alejado de la suntuosa y aparente vida de otras celebridades de Hollywood:
“El dinero no significa nada para mí. Podría vivir los próximos siglos con lo que ya he ganado. Mi idea de la felicidad está relacionada con acostarme en la cama con la persona que amo, compartir una cena con amigos o ir en moto. No tiene nada que ver con un saldo bancario de varios dígitos”
Ciertamente, no parece una pose, o como dicen ahora, postureo, vistos los antecedentes que hemos expuesto.
Solo esperamos que el afortunado o afortunada de la última puja solidaria, amén de contar con mucho dinero que destinar a tan buena obra, tenga el suficiente equilibrio mental para no dejarse vencer por sus emociones y cruzar el límite de la legalidad para esperarlo sorpresivamente en su salón, bañarse en su piscina como Dios lo trajo al mundo o perseguirlo sin descanso a todos los lados.
Por el bien del buen Keanu.