Si hay una artista peculiar dentro del estilo musical internacional dominante durante las últimas décadas, esa ha sido sin duda la islandesa Björk , ex líder de los Sugarcubes.
Reconocida como la cantante de música alternativa y vanguardista que más discos ha vendido, lo cierto es que también pudo haber continuado con una fructífera carrera cinematográfica, tras su estremecedora actuación en Bailar en la oscuridad (2000), una película que le dio la Palma de Oro a la mejor actriz en Cannes y una nominación al Globo de Oro.
Muchos se sorprendieron entonces que Björk rehusara seguir en el cine, pero quizás su motivación la debemos encontrar en su negativa experiencia con el director de la película, el siempre controvertido Lars von Trier, si bien es cierto que ella dio a conocer lo sucedido mucho tiempo después.
Decimos esto porque fue una de las celebridades que se sumaron a la larga lista que denunciaron situaciones de acoso sexual, tras la irrupción del movimiento #Metoo, del que ya escribimos en su momento al hilo del documental sobre Harvey Weinstein
Pues bien, en 2017 se sirvió de Facebook para relatar su experiencia, sin nombrar al cineasta, aunque blanco y en botella, como se suele decir, visto que solo había rodado dos películas:
«De acuerdo al espíritu de #metoo, me gustaría echar una mano a las mujeres de todo el mundo con una descripción más detallada de mi experiencia con un director danés….. Me resulta extremadamente difícil hablar públicamente de algo de esta naturaleza, especialmente cuando los culpables me van a ridiculizar inmediatamente.
Entiendo a cada una de las personas que dudan, incluso durante años. Pero creo que es el momento oportuno, especialmente ahora que podemos cambiar las cosas. Aquí viene una lista de los encuentros que creo que podrían contar como acoso sexual.
Después de cada toma el director venía a mí y me abrazaba durante un rato largo, delante de todo el equipo, o cuando estaba sola, y me acariciaba durante unos minutos en contra de mi voluntad.
Cuando después de dos meses le dije que dejase de tocarme, explotó y rompió una silla en frente de todo el mundo en el set de rodaje. Como alguien al que siempre le han permitido sobar a sus actrices. Después nos mandaron a todos a casa.
Durante todo el rodaje hubo constantes ofertas sexuales, extrañas, paralizantes y no deseadas, por su parte, acompañadas de descripciones gráficas, en ocasiones con su mujer estando a nuestro lado.
Mientras estábamos filmando en Suecia, me amenazó con escalar desde su balcón hasta el mío en medio de la noche con claras intenciones sexuales, mientras su mujer estaba en una habitación al otro lado de la puerta. Me escapé a la habitación de unos amigos. Esto fue lo que me hizo darme cuenta de la gravedad del asunto y lo que me hizo defender mis derechos.
Su productor inventó historias para la prensa sobre que yo era una persona difícil. Esto va acorde a los ‘maravillosos’ métodos de intimidación de Weinstein.
No estuve de acuerdo en ningún momento ni accedí a ser acosada sexualmente. Eso se tradujo entonces como que era una persona difícil. Si ser difícil es defenderse de que te traten de esta forma, me lo merezco. Rompamos de una vez esta maldición”
Sería Peter Aalbaek, de la productora Zentropa, el primero que saldría en prensa a defender a su socio Von Trier, acusando a la artista por su conflictivo comportamiento durante el rodaje:
“Por lo que recuerdo, fuimos víctimas;esa mujer era más fuerte que Lars von Trier y yo y toda nuestra compañía”
Cierto es que en su momento ya habían saltado chispas durante el rodaje pero debido al comportamiento extremo de la actriz del que fueron testigos sus compañeros de reparto, entre otros, la consagrada Catherine Deneuve, que fue entrevistada par el diario danés Politiken:
“Björk es muy especial. No es una actriz, ella expresa sus sentimientos. Y eso es duro. En varias ocasiones huyó durante varios días del rodaje, como una adolescente. Es una persona muy tímida e introvertida, y en una situación así eso tiene su coste”.
Y tanto que tuvo coste, al menos el económico de un jersey de lana que vestía la actriz y que según los presentes, fue destrozado por ella a dentelladas, tras una de sus crisis nerviosas.
Además, no fueron pocas las veces en las que escupía delante del director para evidenciar su desprecio.
Sin embargo, como decimos , lo cierto es que de acoso sexual nunca se había hablado, hasta el aluvión de denuncias con ocasión del citado movimiento en el seno de Hollywood.
Pues bien, lejos de entrar al trapo, no sería hasta mayo de 2018, con ocasión del festival de Cannes, cuando el señalado realizador concedió una entrevista al diario Alló Cine, negando las acusaciones:
“Saben, el 90% de los periodistas con los que hablé creen que acosé a Björk, pero eso es ridículo porque lo negué, pero nadie lo escribió. Porque una buena historia es escribir que la acosé.
Y este no es el caso. La toqué, es verdad. Lo hice con todas mis actrices. Porque ella estaba haciendo un trabajo realmente intenso: gritar, estar enferma … así que obviamente la abracé.
Pero si ella piensa que un abrazo es un acoso, entonces creo que no podré tener éxito sin tocar a mis actores. No la toqué en los lugares equivocados, considero”
Además Von Trier metía el dedo en la llaga a la hora de cuestionar hechos que no se apoyan en pruebas, más allá de la declaración de las denunciantes, amén de reflexionar sobre el vuelco que ha supuesto en nuestras vidas el uso de las redes sociales:
“Creo que el movimiento MeToo es una idea brillante. Si se usa de la manera correcta, es algo muy importante. El problema es que Internet es algo que no habíamos imaginado que afectaría tanto nuestras vidas (…) Me asusta que si alguien dice que esa persona ha cometido un asesinato o lo que sea, no se la presuma inocente hasta que se demuestre su culpabilidad”
Presunción de inocencia, como bien dice el director, pero también in dubio pro reo, toda vez que como bien sabemos, en caso de duda, nunca puede condenarse, máxime si lo que se cuestiona es la intencionalidad o dolo a la hora de comportarse con los demás y lo que otros pueden interpretar erróneamente.
Pero Björk nunca ha dejado de verse envuelta en polémicas con los medios de comunicación, visto que siempre se ha mostrado muy celosa de su intimidad hasta el punto de perder los nervios y mostrarse ciertamente agresiva cuando se siente presionada.
El propio Von Trier había quedado “fascinado” de su explosiva reacción durante 1996 en el aeropuerto de Bangkok al ser abordada por una reportera, micrófono en mano, cuando Björk empujaba un carro con su equipaje en el que estaba sentado su hijo de nueve años, mientras que una pléyade de paparazzis la perseguían, inmisericordes con su contrariado rostro y cabizbaja mirada.
“Bienvenida a Bangkok” fue el simple saludo de la incauta periodista que recibió como respuesta un felino ataque de la furiosa cantante, ante la atónita mirada de los allí presentes.
Si bien la periodista no formuló denuncia, tras pedir Björk disculpas, la cantante manifestó que llevaba varios días hostigándola.
No sería el último incidente con la prensa, porque en 2008 le arrancó la camiseta a un fotógrafo en Nueva Zelanda tras haberse expresamente pedido que no tomara ninguna imagen de ella.
Sin embargo, si ya hablamos de seguidores hemos de referirnos a un grave suceso que ha marcado la vida de la excéntrica artista islandesa, el de su peligroso acosador Ricardo López, un uruguayo nacionalizado estadounidense y residente en Miami.
El caso es que a la edad de dieciocho años, durante los años noventa empezó a obsesionarse con la artista a quien mandaba infinidad de cartas.
Sin embargo, afectado por su desequilibrio mental, López no pudo encajar que Bjork tuviera una pareja y menos que fuera de raza negra, el músico Goldie.
Es entonces cuando el fanático seguidor empieza a insultar gravemente a ambos en infinidad de misivas que enviaba, al tiempo de escribir un diario de más de ochocientas páginas, relatando sus delirios.
A principios de 1996 López cambia de dinámica y empieza a grabar vídeos en los que aprecia su cada vez más deplorable estado mental, revelando su intención de acabar con la vida de los dos artistas para luego suicidarse.
Y así fue, el 12 de septiembre de 1996 acudió a una oficina de correos desde donde envió un paquete cuyo interior estaba rociado con ácido sulfúrico y cuyo destino no era otro que el domicilio de la cantante en Londres.
Ya de regreso a su domicilio, Ricardo López se grabó por última vez, desnudo, con la cabeza afeitada y el rostro pintado de rojo y verde, mientras escuchaba de fondo I rembember you, canción de su idolatrada.
Tras gritar “Esto es para ti”, López se disparó en la boca.
Afortunadamente, la carta no llegó a su destino, al ser interceptada por las autoridades policiales,pero el episodio le generó tamaña angustia a Bjork que incluso desencadenó su ruptura con Goldie, amén de que decidió refugiarse en la soleada Andalucía, componiendo entonces uno de sus temas más desgarradores, como su propio título indica “So broken”.