CELEBRIDADES QUE HAN SUFRIDO ACOSO: ANNE HATAWAY.

Cualquiera que sea amante del séptimo arte, debería recrearse una y otra vez en la intensa interpretación que esta actriz llevó a cabo para su breve papel de Fantine en Los miserables.

No en vano, Anne Hataway recibió en 2013 una treintena de premios por su actuación, entre ellos, el Globo de Oro y el Oscar a la mejor actriz de reparto.

Sin embargo, cuando ya creía que su provechosa carrera cinematográfica, avalada por la crítica en lo profesional, ya había obtenido un refrendo del público en cuanto a su imagen como celebridad, para su sorpresa, al acceder a internet descubrió que los pésimos rumores que circulaban sobre ella eran ciertos en cuanto a que no era oro todo lo que relucía, ni mucho menos.

Y así, le valió con teclear su nombre en Google para recibir lo que luego ella calificaría como un puñetazo en el estómago, al leer varios titulares en un mismo sentido: “¿Por qué todo el mundo odia a Anne Hathaway?”

El caso es que muchos medios se hacían eco de que en las redes sociales se había emprendido un movimiento para criticar su falta de naturalidad y falaz modestia en sus apariciones públicas, acusándola de todo lo contrario, ser una actriz ambiciosa y sin escrúpulos.

La denominación del movimiento en redes sociales, que jugaba con el apellido de la actriz, no dejaba lugar a la duda sobre sus intenciones: los Hathahaters.

De nada le habían servido a Hataway sus anteriores trabajos en los films Princesa por sorpresa, El diablo viste de Prada, Brokeback Mountain, La boda de Rachel o haber sido la mejor y más sexy catwoman de la historia del cine en El caballero oscuro, la leyenda renace, tercera parte de la aclamada trilogía de Nolan sobre Batman.

Pues bien, lejos de calmar los ánimos, una prensa sensacionalista siempre ávida de polémicas, no hizo más que alentar y calentar la aversión hacia la actriz, comparándola con otras de su gremio, a la que consideraban mejores personas, pese a tener un talento interpretativo similar e incluso superior, como es el caso de Jennifer Lawrence.

Por poner un ejemplo, se censuraba que en su discurso de agradecimiento al recoger el Globo de Oro, se había olvidado de nombrar a su representante, con el que llevaba más de diez años y que por entonces se encontraba enfermo de cáncer.

Es más, casi sin venir a cuento, arreciaron de nuevo las críticas, culpabilizándola por la desacertada intervención que tanto ella como James Franco habían tenido como presentadores de la entrega de los Oscars en 2011, en su día anunciada a bombo y platillo como un intento de la Academia de renovar sus ceremonias de aire fresco, con dos jóvenes actores en alza a cargo de la gala.

Ciertamente ambos desaprovecharon lo que sin duda hubiera sido un momento estelar en sus carreras y como continuación de la amarga experiencia, quizás en un intento de echarse la culpa recíprocamente , su relación ha sido todo menos amistosa.

Por ello, no se hacía más que leña del árbol caído cuando Franco fue entrevistado en el Show de Howard Stern, si bien el actor mostró cierto decoro, saliendo al paso como pudo ante la tendenciosa línea de su entrevistador.

Y es que basta con comprobar los hirientes comentarios hacia Hataway por parte del presentador de radio, cargando las tintas de una forma lamentable , dado por sentado que nadie la soportaba ya.

“Todo el mundo odia a Anne Hathaway y ya he dicho que yo también, pero en ocasiones no sé por qué….parece tan afectada y sobreactuada que incluso cuando gana un premio le falta la respiración y es entonces cuando suelta una broma absurda que suena como si hubiera sido escrita para ella. Todo parece tan guionizado y actuado”

Uno observa sus apariciones de antaño y cierto es que pese a que a través de sus grandes y bellos ojos y boca, lejos del acartonamiento, destila frescura, pero se puede llegar a entender que tanta luminosidad como la que emanaba de su sobrexcitado rostro, en vez de cautivar, pudiera repeler a muchos, por la falta de modestia.

Tardaría un tiempo en escampar la tormenta y ya con una mayor justicia y desde un prisma más objetivo, muchos argumentarían el por qué de la desproporción de tamaña afrenta a una persona célebre que cosecha éxitos y destaca por encima de los demás, generando más odio que afecto.

En este sentido, la explicación se encuentra en lo que los anglosajones denominan el síndrome de la amapola alta o de alta exposición o, como diríamos en España de forma más llana, la cochina envidia.

Tanta animadversión obligó a que Hataway reconsiderara cómo debía mostrarse en sus siguientes apariciones públicas, y fue a partir de 2014, con la promoción de Interstellar, cuando la actriz dejó de comportarse tan “estupenda” e “ideal” de cara a los demás.

A partir de entonces, lejos de transmitir una imagen de perfección, prefirió descender desde el Olimpo al terreno de los mortales, para sincerarse ante los medios de comunicación, hablando de los trastornos de alimentación que había padecido al inicio de su carrera y de sus problemas de ansiedad.

Además, como tantas compañeras de profesión, se mostró más activa en cuanto a las denuncias sociales, subiéndose al carro de las declaraciones más profundas en pleno auge del movimiento #MeToo, bien por convicción, bien por intento de redención ante los fans.

En este sentido, se posicionó en contra del acoso sexual en la industria del cine, y si bien la propia actriz reconocía que sin llegar a los graves episodios que se estaban denunciando en los medios, ella había vivido experiencias muy tensas durante el rodaje de las películas, sin querer ser más explícita.

Sobre los perniciosos efectos del bullying, a raíz del suicidio en 2017 de dos niñas de 10 y 13 años, la actriz envió un sentido mensaje en Instagram para reconfortar a quienes sufren por culpa esta lacra de la sociedad que no podemos más que suscribir:

“Sólo quiero decir a cualquiera que esté pasando por esto que, en mi experiencia, una persona no es acosada porque han hecho algo en particular.

Los acosadores intimidan porque sienten dolor y están asustados por algo (tal vez ni siquiera lo sepan) y les hace sentir poderosos para tratar de destruir lo que no pueden entender. No funciona; todavía tienen miedo y dolor y luego se enfadan porque todavía están sufriendo, y entonces el acoso sigue y sigue.

Todo lo que puedo decirte es que hay muchas más personas en el mundo cuyos corazones son cariñosos y amables y que nunca tratarán a nadie como la forma en que te tratan, y los encontrarás a medida que creces, y esas son las personas que llenarán tu mundo.

Te siento, cariño. He sido tú. Mantén tu luz funcionando sin importar qué.

Incluso si nunca nos encontramos, sé que te estoy animando.

Además, si vas a la escuela con alguien que es acosado, considera ayudarlo y cuando veas el bullying, haz un círculo protector alrededor de él.

Los acosadores pueden reírse de ti. No reacciones.

Por favor, sed valientes guerreros de luz y ayudad. Cambiareis el mundo”

En 2016, como irónica demostración que ya había superado los efectos del el odio de antaño, Anne Hataway intervino en The Late Late Show, conducido por James Corden, y se enfrentó al showman en una divertida batalla de rap.

“Fui odiada y burlada, pero ahora estoy liberada”, espetó a Corden, cuando se cruzaban rimas para zaherir al otro en tono humorístico.

Pero en una reciente entrevista a The Sun, mucho más en serio, la actriz reflexionaba sobre aquellos duros momentos que tanta ansiedad le generaron.

“Realmente no quiero desenterrar el pasado, pero tenía a mi monstruo ahí fuera, tenía internet en mi contra y me odiaban y a mí eso me pareció muy importante. Fue algo muy bueno para mí”,

Y es que, según Anne Hataway y como diría San Agustín, en la vida es malo sufrir, pero es bueno haber sufrido.

Pero, como también cantaría nuestro Pau Donés, de Jarabe de palo (Descanse en Paz) eso…..De según cómo se mire todo depende.

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