Dentro del elenco de mujeres más deseadas e imitadas de Hollywood, es evidente que ha venido ocupando un lugar destacado Angelina Jolie, que el próximo mes de junio cumplirá cuarenta y seis años.

Angelina ha centrado su carrera profesional en la actuación, con un incontestable éxito; no en vano, hasta octubre del pasado año, venía siendo la actriz mejor pagada, según la lista Forbes.

Ganadora de un Oscar por Inocencia interrumpida (1999) ha combinado intervenciones ante las cámaras con papeles de heroína de acción, como el conocido personaje de videojuego, Laura Croft, con dramas como Un corazón invencible o El intercambio, película de Clint Eastwood por la que volvió a ser nominada por la Academia a la mejor actriz.

Jolie también ha puesto su voz para diversos films de animación y en dos ocasiones ha encarnado a Maléfica, en una nueva versión de Disney de La bella durmiente, con actores de carne y hueso, si bien convenientemente acompañados de efectos digitales.

Al margen de su labor como actriz, también ha destacado por su faceta como realizadora , dirigiendo estimables films como Unbroken y sobre todo, la desgarradora En la tierra de sangre y miel e igualmente ha triunfado como modelo publicitario de primeras marcas.

Si lo anterior no constituía bagaje suficiente, con su matrimonio de doce años con el guaperas oficial de Hollywood, Brad Pitt, se convirtieron en un dúo envidiable, rebautizado como Brangelina, que ha venido protagonizando infinidad de portadas, incluso después de su ruptura.

Decimos esto, porque en las últimas semanas, los periódicos más sensacionalistas se vienen haciendo eco de la pugna judicial por la custodia de sus hijos menores que ambos tienen compartida, en base a las acusaciones a Pitt por abuso y adicción al alcohol.

Sin embargo, Angelina Jolie no se trata de una persona metida en su concha, o insensible a los problemas de los demás, ni mucho menos,

En este sentido, ha aprovechado su condición de celebridad para dar sobradas muestras de su activismo contra la violencia sexual sobre las mujeres en los conflictos bélicos y siempre figura en las listas de las mujeres más admiradas, constituyendo para muchos la mejor candidata posible para el premio Nobel de la Paz.

Y es que tal solidaridad no ha pasado desapercibida, no solo por los organismos internacionales (es enviada especial del Alto Comisionado de la ONU para los refugiados) sino por los suyos, el gremio de actores y cineastas de la Academia de Hollywood, que en 2013 le otorgaron un segundo Oscar, esta vez honorífico, por su labor humanitaria.

E igualmente, ha hecho gala de su altruismo, con cuantiosas donaciones, como por ejemplo el pasado 2020, cuando aportó un millón de euros para la distribución de alimentos y atención a la población infantil más necesitada durante la pandemia.

Pero es evidente que Angelina Jolie no sería la protagonista de nuestra publicación si su vida hubiera sido un camino de rosas hasta el alcanzar el estrellato; nada más lejos de la realidad.

Y es que rosas sí habido en su camino, pero con muchas espinas.

En el año 2010, el azote de muchos famosos, el escritor Andrew Morton, escribiría una nueva biografía no autorizada que se sumaba a las de Madonna, Lady Di y Tom Cruise.

Morton apuntaba a una infancia traumática por el divorcio de sus padres, cuando Jolie apenas tenía un año, tras las continuas infidelidades de John Voight.

Según cuenta el escritor, Marcheline Bertrand, madre de Angelina, sintió tanta aversión por el actor, que con el paso de los años, llegó a desinteresarse por su hija, cuya custodia ostentaba, por su enorme parecido físico con él, hasta el punto de que prácticamente, fue criada por diferentes cuidadoras.

Presionada por la fama de su padre, durante la adolescencia adoptó una conducta ciertamente autodestructiva, como muestra de una salud mental muy frágil, que se agravó al iniciar una carrera como modelo, apenas iniciado el instituto, dado que padecía trastornos alimentarios.

Es entonces cuando sufrió la burla de sus compañeros que se mofaban de ella, por físico y en especial, sus labios carnosos. Nadie sospechaba que con el tiempo serían precisamente los rasgos identificativos más apreciados en su bello rostro y que muchas mujeres se servirían del botox para lograr un efecto similar.

Como luego reconocería la propia Jolie, y sucede con tantas adolescentes en circunstancias similares, se avergonzaba de su cuerpo y comenzó a odiarse a sí misma y a autolesionarse con cortes, una insana liberación para ella.

Sea como fuere, por culpa de un bullying y una anorexia que se retroalimentaban, Angelina dejo los estudios a los catorce años.

El resto de su adolescencia lo vivió sumido en permanentes conflictos con su padre, con el que siempre ha tenido una relación de amor/odio, acompañados de precocidad sexual.

En este sentido, siempre según Mortón, Angelina Jolie habría perdido la virginidad a los catorce años, con pleno consentimiento de una madre, que ya por entonces pretendía recuperar su afecto a base de concesiones, no siempre recomendables para su edad.

Pero además, su rebeldía juvenil se materializaba en su descuidada indumentaria y de mucha agresividad hacia los demás.

Sin embargo, ya empezaba a destacar como modelo, apareciendo en varios videos musicales como por ejemplo para el tema Stand by My Woman de Lenny Kravitz, con quien Morton asegura que mantuvo una relación, a la edad de dieciséis años.

No obstante, con el paso de los años y la influencia de las malas compañías, persistía una inestabilidad emocional que la atenazaba, refugiándose en la solución más fácil a la par que peligrosa para su salud, el consumo de drogas.

Pero curiosamente, sus continuos conflictos personales le servirían para conformar sus primeros roles más intensos.

Es el caso del papel para la película de televisión Gia, basada en un personaje real, la malograda Gia Carangi, fallecida víctima del SIDA tras ser considerada la primera supermodelo, y que le dio su primer Globo de Oro.

Pero sobre todo, para interpretar a una joven ingresada en un centro de salud mental en Inocencia interrumpida, por la que obtuvo el Oscar, tras haber eclipsado en la pantalla, el que se anunciaba como seguro renacer de una actriz en franco declive y de la que hemos escrito recientemente, Winona Ryder.

Hasta su matrimonio con Pitt, la vida sentimental de Jolie fue dando tumbos, con una promiscuidad que según Andrew Morton, la convirtió en un serio peligro para la estabilidad de otras parejas.

En este sentido, el polémico biógrafo relataba igualmente que durante un tiempo, una descontrolada actriz tenía por costumbre romper relaciones ajenas, como fue el caso de Ethan Hawke, Ralph Fiennes, Mick Jagger, Billy Bob Thorton y el propio Brad Pitt.

En 2013 se hizo público que Angelina Jolie iba a intervenirse quirúrgicamente con una mastectomía, dado el elevado riesgo de padecer un cáncer, por su predisposición genética, puesto que la enfermedad ya se había llevado a su madre en 2007; pero además, en 2015 tuvieron que extirparle los ovarios.

En 2017, con el escándalo por las acusaciones contra el productor Harvey Weinstein ( de las que muy pronto escribiremos en el blog) Jolie fue una de las que reconocieron que habían sido víctimas de su acoso sexual, al ser entrevistada por el New York Times.

La actriz relataba que, al comienzo de su carrera, Weintein había hecho “avances inapropiados hacia ella en una habitación de hotel”, motivo por el que decidió no trabajar con el productor en lo sucesivo y alertar a otras compañeras sobre su conducta.

También es muy conocida la difícil relación que Jolie siempre ha mantenido con los paparazzi, como sucede con tantas celebridades, si bien en sus últimas apariciones públicas en compañía de sus seis hijos, todos parecen reaccionar con una sorprendente naturalidad, sin duda ensayada, alejada de los auténticos agobios de antaño, cuando la actriz manifestaba que los más pequeños sentían auténtico pánico, al sentirse perseguidos por doquier.

No cabe duda que en los últimos años ha aparcado buena parte de su actividad profesional, pero una siempre atareada Angelina Jolie parece haber encontrado la felicidad, no solo con su extensa familia, sino aportando, en vez de reclamando a los demás, como muestra de una bondad y generosidad que están fuera de toda duda.

Y es que parece que desde hace tiempo Angelina Jolie ha dejado de ser una chica mala.

Aunque seguro que ahora Brad Pitt no opina lo mismo.