LA CANCIÓN DE HOY: GEE OFFICER KRUPKE, DE STEPHEN SONDHEIM AND LEONARD BERNSTEIN.


Muchos habían calificado de auténtica osadía y de mayúsculo capricho el que Steven Spielberg decidiera rodar una nueva versión de West Side Story, musical cuyos números y canciones lo han convertido en uno de los mejores de su género.

Y la explicación a tanta crítica previa antes de ver su obra, no es otra que el musical ya había sido llevado a la pantalla hace sesenta años, cuando Robert Wise y Jerome Robbins dirigieron el que fue un incuestionable éxito de taquilla y publico, hasta el punto arrasar en la gala de los Oscars con diez premios de once nominaciones y convertirse en una de las películas más recordadas de la historia del cine.

Pues bien, la nueva versión de Spielberg ha sido recientemente estrenada, no sin mucho retraso por culpa de la pandemia,como ha sucedido con otras grandes producciones que se han visto afectadas.

Y aunque el director ha callado muchas bocas y abierto otras por su prodigiosa realización, muchos se siguen preguntando si su película resultaba necesaria.

Sea como fuere y al margen de la odiosa comparación entre ambas películas, lo cual daría para un debate cinéfilo más propio de los contertulios de nuestro podcast que de estas líneas, cabe decir que el musical parte de una historia con tintes de drama romántico que no nos es para nada desconocida, visto que en puridad se basa en el Romeo y Julieta de Shakespeare.

Pero al margen de la trágica historia de amor, subyace en la película una denuncia social ante los prejuicios raciales existentes en la sociedad de la época, los años cincuenta del pasado siglo.

Y todo ello en el marco de una disputa territorial de barrios entre dos pandillas de delincuentes juveniles, la de los Jets, norteamericanos de raza blanca nacidos en Norteamérica y descendientes de unos europeos que arribaron más de medio siglo antes y los Sharks, portorriqueños que tratan de ganarse la vida en Estados Unidos, como tierra de las oportunidades de las que carecen en su cercano país de origen.

Pero además, West Side Story contiene uno de los temas musicales más desenfadados y ácidos, que quizás no haya tenido tanta repercusión como los eternos “María” “Tonight” o “America” y que tampoco es interpretado y bailado por sus protagonistas principales.

Nos estamos refiriendo a Gee Officer Krupke , una canción que si bien fue escrita nada menos que en 1957, todavía invita a la reflexión, puesto que contiene un mensaje que no ha perdido vigencia alguna y que desgraciadamente siempre estará de moda, sin perjuicio de que precisamente ahora, algunos se pasan por la entrepierna el principio de autoridad, incluido el policial y judicial.

Tras sufrir la enésima reprimenda por parte del Agente de Policía Krupke, varios integrantes de los Jets escenifican un encuentro con varios profesionales a quienes imitan, en cuanto que representantes del sistema que han de evaluar y juzgar a unos delincuentes juveniles sin ningún futuro esperanzador por delante.

Y así, el propio policía, un juez, un psiquiatra y una asistente social son objeto de imitación y mofa por los Jets, mientras que éstos intentan justificar su conducta antisocial en base a la negligente educación de unos progenitores tan perdidos como ellos, cuando no maltratadores de sus hijos y por culpa de una carencia de oportunidades tanto a nivel educativo como laboral que les impide evitar la calle y sus delitos.

Tras escuchar y leer la letra, la pregunta que siempre cabe hacerse es si el delincuente nace o se hace, mientras que los que deben ofrecer respuestas convincentes y soluciones prácticas, se pasan la patata caliente de unos a otros.

Es importante señalar que la idea del letrista Stephen Sondheim para el final de la canción era cuando menos atrevida, vista la censura de la época, incluso para el estreno en Broadway.

Y es que Sondheim pretendía finalizar con un “ fuck you” dedicado al Agente Krupe, viéndose obligado a sustituirlo por un original e intraducible “Krup you” que todo el mundo entendió a la perfección, en cuanto a su significado.

A destacar también que, a diferencia del musical y la primera versión cinematográfica, que ubican el número musical en una de las calles del barrio, en la versión de Spielberg se opta por situarlo en una comisaría, en la que unos desatados Jets campan por sus anchas y desordenan todo el mobiliario, al tiempo que se burlan del sistema.

Te trasladamos traducida la letra de esta curiosa canción que quizás no es la mejor del musical en cuanto a su melodía ni la interpretación, pero mete en el dedo en la llaga de la sociedad norteamericana como pocas veces se había visto en la cultura de aquel país.

Es el Agente Krupke, Baby John

Buenas tardes, agente Krupke

Os partiré el cráneo, gamberros,si no paráis cuando toco el silbato

Los polis se creen todo lo que leen en los periódicos

Para ellos somos jóvenes criminales y eso es lo que les damos

¡Eh, tu!
¿Quién, yo agente Krupke?
Sí, tú.

Dame una sola buena razón para no llevarte a comisaría.

Querido Agente Krupke, tiene que entenderlo
Es nuestra educación lo que nos saca de quicio
Nuestras madres son todas yonquis, nuestros padres todos borrachos

¡Dios mío, es normal que seamos unos gamberros!

Agente Krupke, estamos muy molestos
Nos ha faltado el amor que todo niño debería tener
No somos delincuentes, solo incomprendidos

En el fondo somos buenos, muy buenos
Somos buenos, muy buenos, potencialmente buenos
Hay algo bueno, en el fondo el peor de nosotros es bueno

¡Qué historia más conmovedora!
Déjenme que se la cuente al mundo.
¡Cuentésela mejor al juez!

Estimado Juez, señoría
Mis padres me tratan duramente
Con toda su marihuana no me dan una calada.
No querían tenerme pero de algún modo me tuvieron
¡Cielos, por eso soy tan malo!

¡Exacto! Agente Krupke, es usted un carroza.
Este chico no necesita un juez, sino un psiquiatra,
Tiene una neurosis que debe ser controlada

¡Es un perturbado psíquico!
¡Estoy perturbado!¡Estamos perturbados,somos los más perturbados!

En opinión de este tribunal este chico es un depravado
porque no tuvo un hogar normal
¡Ey, soy depravado porque me han privado!
¡Lléveselo a un psiquiatra!

Mi padre es un bastardo, mi madre es una puta
Mi abuelo es comunista, mi madre es contrabandista
Mi hermana tiene bigotes, mi hermano usa vestido
¡Santo cielo, por eso soy un desastre!

Sí, Agente Krupke, es usted un majadero.
Este chico no necesita un médico, sino un buen trabajo
La sociedad le ha jugado una mala jugada
Es un enfermo social.

Estoy enfermo. Estamos enfermos, somos enfermos sociales

En mi opinión, este chico no necesita ningún psiquiatra
La delincuencia juvenil es un problema social
¡Oigan, tengo una enfermedad social!
¡Llévenlo a una asistente social!

Querida asistente social ,me dicen que vaya a ganar unos pavos vendiendo refrescos, ósea como un gilipollas

No es que sea antisocial, más bien soy antitrabajo
¡Santo cielo! Por eso soy un memo.

Agente Krupke, lo ha vuelto a hacer de nuevo
Este chico no necesita trabajo, sino un año en la cárcel
No es que sea un incomprendido

En el fondo no es bueno
No soy bueno, no somos buenos, no somos buenos
No somos nada buenos
Ni el mejor de nosotros es bueno

El problema es que está loco
El problema es que bebe
El problema es que es vago
El problema es que apesta
El problema es que está creciendo
El problema es que ya ha crecido

Krupke, tenemos nuestros propios problemas
¡ Ey, Krupke, nos ponemos de rodillas!
Nadie quiere a un enfermo social

Vamos Agente Krupke ¿qué podemos hacer?
Oiga Krupke, jódete

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